Caminante: come, bebe y nada más te importe.
Asurbanipal Sardanápalo
Una ciudad se goza de muchas formas, además de pasearla y contemplar sus monumentos y bellezas naturales; su comida, su gastronomía, es también una manera de disfrutarla. Salamanca no es la excepción, además de sus dos catedrales, de la calle de la Compañía, de la puerta de la iglesia de los dominicos, de la clerecía, del Palacio de Monterrey, de la fachada de su octomilenaria universidad, de su río Tormes, la ciudad cuenta con innúmeros sitios donde yantar a placer. En esta oportunidad, vamos a destacar tres sitios donde además de comer bien se come barato, dos de ellos son franquicias, el otro es un tradicional restorán familiar.
Euromanía es una franquicia que ofrece un desayuno muy barato, un euro con ochenta céntimos, incluido el zumo de naranja. Destaco su barra de pan rústico que nada tiene que ver con esos trozos de pan tostado ? y a veces quemado ? que ofrecen en otros lugares. Para los que somos tempraneros el local de la calle del Concejo está abierto los domingos desde las 6 a.m.
La Andaluza, este restorán integrante de una franquicia nacional, destaca tanto por su precio ? es un verdadero low cost- como por su oferta en especial las tapas y los platos de carne de Kobe; en la céntrica calle Libreros se ubica el local, donde se puede degustar una jarra de cerveza por un euro, y en especial, los platillos a base de la celebérrima carne, a saber: la Morcilla de Burgos de Kobe con huevos de codorniz, la Hamburguesa de Kobe, el capaccio o el tartar de la misma carne, además de otras delicias gourmet o de la cocina tradicional andaluza.
Gran Shanghái, este viejo restorán sito ahora en el Paseo de Canalejas y regentado por una eficiente y atenta familia de origen vietnamita, es ciertamente de primera y sus precios imbatibles, como lo demuestra un menú por cinco euros con cuarenta y cinco céntimos. Todo es bueno y abundante, destaco la sopa de aleta de tiburón, las ancas de rana rebozadas o guisadas, el arroz al curry, los rollitos vietnamitas o primavera, los mariscos en plancha caliente y el pato de la casa.
En la dorada Salamanca la felicidad entra por los ojos y también por la boca.
¡SALUD!