OPINIóN
Actualizado 01/08/2016
Alejandro Vélez
Siete días desde mi último desahogo por la vía del tecleo, líneas conspiranoicas y hasta inverosímiles que hoy quiero retomar con tintes más reflexivos y quizás igual de conspiranoicos, vayan ustedes a saber.
Hace tiempo, mucho tiempo que escuché una frase, una sentencia, una declaración que ya en su momento me erizo el bello. Pero que en estos últimos y convulsos tiempos me hiela el espinazo, y no quería pasar la oportunidad de compartirla. No solo la expresión, si no la reflexión que destila, cargada de TNT directa a los cimientos de nuestros obesos sistemas democráticos.
No se si fue un imán fanático, un ex presidente argelino ante la ONU o cualquier otro extremista, o todos a la vez. Pero eso de que los hijos del Islam, utilizando el vientre de sus mujeres, colonizarán y someterán a toda Europa es para cuanto menos echarle una neurona y darle un par de vueltas.
Y es que cuando la integración no es tal y se pide sumisiòn al integrador el camino empieza a torcerse. Y es una realidad que no todos remamos en el mismo sentido.
Pero yendo a la frase de marras, encierra una verdad como un templo de grande. Y un fondo realmente inquietante. Hace referencia no solo a ese afán expansivo que por definición toda religión tiene, si no a que una sociedad mas preocupada de los juegos florales y mantener su lorza, puede ser devorada por otra que convive entre nosotros pero que no comparte nada de nuestro modus vivendi, e incluso lo desprecia.
Y es que la crisis demográfica en nuestro "primer mundo"es
una realidad que viene poniéndose de manifiesto desde hace décadas y que no nos preocupamos por subsanar. Me atrevería decir que todo lo contrario, nos empeñamos en mirar para otro lado, en voltear los modelos y renunciar a nuestra historia y nuestros valores, primando los de otros o inventándonos unos nuevos.
Soy de la opinión de que todo el mundo cabe, pero con orden y normas. Porque también soy de los que cuando cruza fronteras intenta adaptarse, y es que no hay mejor forma de integrarse. Ya lo decía mi abuela, "donde fueres, haz lo que vieres".
O si no prueben a presentarse a comer a las tres de la tarde en Oslo o a cenar a las diez de la noche en Helsinki. Ya no les hablo de entrar en una mezquita Jordana sin velo si usted es mujer, o intentar recabar apoyos para abrir una iglesia cristiana en Marruecos.
Pero retomando la frase, no se si el mundo musulmán está en estas cosas, no se si nos pretenden conquistar por la vía de la fecundidad, no se si esto entra en el terreno de lo conspirativo, quizás. Pero no me negaran que da "yuyu", al menos en cuanto a los términos, que alguien sea capaz de desear y predecir tal panorama.
Pero es cierto que nuestras sociedades son cada vez mas mestizas, más plurales, pero creo que el verdadero desafío es que sin dejar de serlo no pierdan la esencia de lo que somos y lo que fuimos, porque ahí radica lo que seremos. Y eso no tiene más camino que hacer respetar nuestras reglas y nuestras normas que tanto nos han costado conseguir, y de las que orgullosamente disfrutamos.
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