El salmantino dio una vuelta al ruedo y saludó una ovación en su primero
La tercera de Feria acogía esta tarde la plaza de toros de Cuatro Caminos en la Feria de Santiago. En el cartel, actuaban Enrique Ponce, Juan del Álamo y Andrés Roca Rey a partir de las seis y media en punto. Un encierro de Miranda y Moreno era la materia prima para la ocasión.
Suelto salió el abreplaza, un toro que luego mostró fijeza en el toreo a la verónica de Enrique Ponce. Lo cuidó en varas y poco después también en el capote de Jocho humilló, midiéndole bien también los tiempos el subalterno. Muleta en mano, el torero valenciano comenzó con mucha suavidad condicionada por el creciente viento conforme avanzaba el trasteo. Respondió peor el toro en el tercio, donde le tuvo que hacer faena Ponce debido al viento y donde el de Chiva porfió por la zurda. De uno en uno se los sacó Enrique, bajándole la mano a un animal noblón pero sin motor. De gran conexión fueron los finales, por circulares, en los que consiguió templar al toro antes de, espada en mano, matar de estoconazo fulminante un punto desprendido. Oreja con petición fuerte de la segunda.
Se descordó el primero de salida, un toro bonito de cara pero protestado por el respetable. Se sustituyó el toro por el segundo del lote de Del Álamo, quinto de la tarde, que se mostró friote de salida, con querencia a chiqueros, entrando al relance al caballo y no haciendo las cosas bien en el capote de Pedro Vicente Roldán. Aprovechó bien la querencia del toro a chiqueros en la lidia el subalterno para que Jarocho y Alfredo Cervantes pareasen traseros. No auguró buen fin en las primeras tandas el animal, que se echó ya en la tercera tanda de Del Álamo, que no tuvo sino que porfiar ante la sosería y flojedad del toro. Hizo ademán de rajarse el toro, pero prosiguió Del Álamo planteándole con verdad su muleta. Prosiguió intentándolo por la zurda frente a un toro que nada regalaba. Se los pasó por la espalda, por molinetes remató trasteo, matando de estocada y viendo cómo la plaza pedía la oreja. Ovación.
Embistió de salida el tercero, al que le dejó con muchísima naturalidad tranquila Roca Rey media docena de verónicas a pies juntos, despaciosas, rematadas con dos chicuelinas y la revolera. Al público brindó Roca Rey su labor, echándose poco después de rodillas, comenzando labor con un trincherazo de hinojos y prosiguiendo por ambas manos a un toro que se aplomó a partir de al siguiente tanda. Lo intentó pro ambas manos, pero no tuvo opción ante un toro sin fuelle final. Lo que hizo fue arrimarse como un perro por ambas manos, pasárselo por la espalda y llegar a base de seguridad, firmeza y valor seco al tendido. No fructificó tras matarlo en premio su labor.
503 kilos pesaba el cuarto, el más serio de la corrida, con el pitón derecho hacia arriba, con buen cuello y que tenía un galope similar al abreplaza, primero del lote de Enrique Ponce. El valenciano lo recibió de nuevo luciéndose a la verónica. A Carmen Ballesteros brindó su labor Enrique Ponce, que comenzó por torerísimos muletazos por bajo para hacerse con la condición del animal. Lo toreó a placer por la derecha en la siguiente tanda, gustándose con los sones de la banda sonora de La Misión, que interpretaba magistralmente la banda de la ciudad. Por ese lado, el derecho, prosiguió su faena Enrique, dejando unos pases de pecho eternos que levantaron la ilusión del tendido. Emocionantes y a más fueron los circulares finales, que dieron paso a las poncinas magistrales que levantaron literalmente al tendido. Se sintió en una serie extraordinaria el valenciano, matando de estocada y cortando las dos orejas. Se le dio la vuelta al ruedo al toro en el arrastre.
El quinto salió con el son de los hermanos anteriores, saliendo suelto del primer puyazo y mostrando mayor fijeza en el segundo encuentro con el jaco. Brindó al público el torero mirobriguense para dejar un inicio de faena poderosísimo al toro de Miranda y Moreno. Fue acompasando su velocidad, dejando momentos importantes por ambas manos. Fue sobre todo por el derecho por el que conjugó pasajes importantes Del Álamo, acariciando y toreando despacio su tranco a sones del pasodoble La Puerta Grande. No era fácil por el izquierdo, debiendo tocar las teclas de la altura y la distancia justas para poder hacerle frente al animal. Alargó faena porfiando por ambas manos con un animal siempre a menos al que fue toreando más en corto el charro. Por manoletinas remató su labor, matando y viendo cómo se le pedía sutilmente el trofeo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuatro Caminos. Tercera de la Feria de Santiago. Corrida de toros.
Seis toros de Miranda y Moreno, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre el cuarto.
Enrique Ponce, oreja y dos orejas.
Juan del Álamo, ovación y vuelta al ruedo
Andrés Roca Rey, ovación y