Los guiños constantes a distintas Comunidades quedan patentes mediante los ligeros de Cantabria, los fandangos de Huelva o las seguidillas de Madrid.
Como lleva siendo habitual durante toda la semana los conciertos de folclore están calando en el público mirobrigense, ya que todos las noches acuden multitud de ellos para deleitarse con la música tradicional.
EL viernes noche fue el turno para Ringorrango, una formación musical que nace en Zamora, en 2011, por un interés común por el folclore, la música tradicional y el divertimento fue el caldo de cultivo para crear el grupo, con el fin de interpretar repertorio melódico de Castilla y León y de Extremadura principalmente, a través de jotas montañesas, ajechaos de Peñaparda, corridos maragatos, sones brincaos o baile sanabrés, entre otros ritmos. Los guiños constantes a distintas Comunidades quedan patentes mediante los ligeros de Cantabria, los fandangos de Huelva o las seguidillas de Madrid.
La explosión de sonido a partir de la voz como el principal instrumento, y la percusión como soporte, generando todo un entramado de cachivaches musicales populares, conformaron el universo sonoro de Ringorrango. A lo que hay que añadir una peculiar puesta en escena, joven y diferente, alejada de los prototipos convencionales