OPINIóN
Actualizado 22/07/2016
Juan Robles

Estamos atravesando una ola de calor como hacía tiempo que no experimentábamos. Se nos ha dicho también en estos días que el mes de junio ha sido el más cálido de los últimos años. Pero no es el objetivo de este escrito hablar del tiempo. Hablaremos de otros calores que nos están caldeando en estos días y que ocupan constantemente espacios de los medios de comunicación social. Este año no es necesario recurrir a las famosas serpientes de verano.

Niza, el tren de Alemania, asaltos y asesinatos en los países musulmanes del Oriente lejano y de Oriente Medio. Y para terminar de complicarlo, el calentito acontecimiento del golpe de estado, real o previsto, de la gran Turquía. Éste sí que es un suceso verdaderamente calentito, que ha comenzado a prender llamas por todo el país y que amenaza con hacerlo arder todo, e incluso con inflamar a los países próximos, Siria, Irán e Iraq, e incluso a la misma Unión Europea.

¿Admitir a Turquía en la Unión? Difícilmente se salva la democracia del país con tan grave depuración de maestros privados y de funcionarios públicos, de militares incluso de alta graduación, y hasta personal de estamento judicial. Y la cosa se complicará más todavía si, como se propone Erdogán, se llega a aprobar de nuevo una ley que vuelva a introducir la pena de muerte. Complicaciones, pues, no solo para Turquía, sino también para los países de la región, para las democracias europeas y hasta para el socio de la OTAN que son los Estados Unidos.

Y ¿qué decir de la situación política de nuestro propio país? Es verdad que la temperatura parecería haberse suavizado después de la constitución de las Cortes y la elección de la mesa de las mismas con la nueva presidenta, Ana Pastor, al frente. ¿Enfriamiento o nuevo recalentamiento? ¿De dónde procedían los diez votos sobrantes? ¿El entendimiento con ciudadanos habrá endurecido el posible entendimiento y abstención del partido socialista? Y si hay intentos de entendimiento con partidos nacionalistas o separatistas ¿se terminará el entendimiento con ciudadanos?

Las urgencias de conseguir un nuevo gobierno son perentorias. Nos jugamos muchos dineros internamente si hay que prorrogar los presupuestos, y también estamos pendientes de los compromisos y posibles multas europeas por la falta de cumplimiento de los límites del déficit presupuestario general.

Ojalá se logre enfriar los puntos calientes de los movimientos de los partidos para que se forme cuanto antes el gobierno urgente y necesario. Nadie quiere llegar a unas vergonzosas y perjudiciales terceras elecciones. Pero no va a ser fácil llegar al encaje de intereses de partido, de modo que todos sean capaces de ceder lo que sea necesario en beneficio del bien común o general del país.

Estamos ante un verano bien diferente de lo que han solido ser los veranos pasados, que no disponían de noticias de interés y tenían que echar mano de las serpientes de verano. Esta vez tenemos un verano movidito y que va a dar juego para todo el verano y aun para los comienzos del próximo curso. Ojalá acertemos a apagar los fuegos que nos amenazan, tanto en el interior como en el entorno de nuestro propio país. Templemos el verano y suavicemos nuestra convivencia, sembrando esperanzas de futuro.

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