Colores de nata
estampan recuerdos,
desatan pasiones
de juego en el humano.
Pincel de flores
diseña siluetas
en el perfil de una Geisha.
Barras de bambú
miman la imagen
de un rito
en el lejano Oriente.
La sensualidad del gesto
juega en la mirada,
adorna la mente,
se funde en el cuadro.
Delicias de Japón
despiertas al amado.
Foto y Texto: SOFÍA MONTERO GARCÍA.