OPINIóN
Actualizado 25/06/2016
Manuel Lamas

Conocí muy temprano el resultado de referéndum realizado en el Reino Unido, y no me sorprendió demasiado. En alguna de mis columnas he hablado de la política Europea, y he criticado algunos de sus defectos.

El proyecto Europeo siempre lo consideré débil, porque el nexo que une a los estados tiene un carácter exclusivamente económico. Tal afirmación, queda demostrada por la política aplicada por Europa, respecto a los problemas a los que ha tenido que enfrenarse en los últimos tiempos. Otros alicientes tendrían que tener los europeos para apreciar las ventajas de permanecer en la Unión.

Quizá la decisión de los británicos se haya acelerado por los problemas de la inmigración, pero la crisis internacional, que ha destruido tantas esperanzas, también ha influido en tal decisión. Principalmente, por las políticas erosivas promovidas desde Europea.

Otros vínculos tienen que unir a las naciones para que la cohesión resulte justa y apetecible a los que aún la integran. De no ser así, en poco tiempo otros estados pedirán su salida, y el sueño Europeo puede terminar en pesadilla.

La decisión de Inglaterra quizá haya sorprendido a muchos. Pero, si analizamos minuciosamente los motivos que han impulsado a los británicos a escapar de las ventajas de Europa, no nos extrañará tanto. Incluso podríamos aceptar que se trata de una consecuencia lógica por los excesos de poder que algunos países han ejercido sobre otros. También las instituciones Europeas necesitan crecer en democracia. No todo vale cuanto está en juego la dignidad y el bienestar de millones de personas.

Recordemos a Grecia y Portugal. Tampoco hemos de olvidar a España que, sin ser oficialmente rescatada, arrastra las consecuencias de políticas insolidarias impulsadas desde Europa. Se trata de políticas con un efecto demoledor sobre la población más débil.

La salida de Inglaterra de la Unión Europea marca un antes y un después en la construcción de Europa. En más de una ocasión, he señalado la debilidad de la política frente al peso de los mercados. La economía todo lo abarca pero, esta, carece de sensibilidad para entender que el mundo está poblado por millones de personas, con enormes necesidades que han de cubrirse diariamente. ¿Qué ha provocado el resultado por todos conocido? Precisamente que, aquellos que no tienen nada que perder, quizá porque ya lo han perdido todo, conservan aún su derecho a votar. Pero, ¡mucho cuidado con los populismos! No nos dejemos engañar por quienes ofrecen la gloria, a través de políticas que no se pueden aplicar. Sencillamente, porque no tenemos más que deudas. ¿De dónde saldría el dinero?

Gran aviso a las Instituciones Europeas. Gran Bretaña se ha pronunciado; ha dicho a quienes gobiernan Europa que su política no es acertada; que están mejor solos que mal acompañados.

Los estados han de estar unidos por otros valores, además de los económicos. La defensa de los derechos y libertades, debe ser la base de la reconstrucción Europea. Pues lo que no se gasta hoy en solidaridad, habrá que gastarlo mañana para recomponer los destrozos que están provocando políticas equivocadas.

Sospecho que las condiciones de salida de Inglaterra serán altamente perjudiciales para el país, al menos para imprimir un carácter disuasorio a los demás estados. También Europa se verá resentida por tal decisión.

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