Del poema 'Llamas en la morada' de 'Canciones para una música silente'
¿Y si fuese la música el silencio?
Dejad hablar a la silente música,
pues ya sólo importa el descenso
de la nieve.
Taïs, Taïs: que sólo
hablen las manos blancas
y los ojos negros.
Una sola palabra nos basta
para salvarnos en el símbolo:
blanco, negro, la luz, la noche, los caballos.
Si no somos la música silente
nada somos.
¿Por el hablar morimos?
Si es así, escuchad el dulce don
que la vida concede:
el silencio profundo.
Taïs, Taïs: cómo hablas
callando
in dulci iubilo.
Soy silencio de ti y tú de mí.
Y los dos, de la nieve.
¿Y si fuese la música el silencio?
Fotografía: Hipólito Martín. Campo armuñés