Somos muchos los que compartimos la evidencia de la compleja realidad social actual y, por tanto, somos conscientes que la Educación es un valor transversal imprescindible para la normalidad en la vida cotidiana; pero ésta no se distribuye por azar, sino que se debe a lo vivido y recibido en la familia y a lo adquirido a través de los niveles educativos y de las instituciones organizativas educativas y sociales.
En el ámbito de la Educación, las desigualdades se han acentuado con la crisis socioeconómica por la selección de prioridades accesorias frente a lo fundamental, un Consenso Nacional en Educación. También porque se ha utilizado a la Educación como medio para conseguir unos fines enmarcados en el populismo y la verborrea fácil e intrascendente que ha contribuido con sus dinámicas a reducir a su mínima expresión el valor de la Educación y los valores de nuestra Sociedad. Es verdad que en la política han existido bastantes corruptos; pero no es menos cierto que han existido muchos más conniventes por hacer caso a consignas predominantes que han impregnado todos los ámbitos y sectores ¨el que se mueve no sale en la foto¨ o ¨cualquiera vale para cualquier puesto¨. La primera ha trascendido tanto en la vida política y social, que actualmente la independencia, la crítica o el discernir con criterio está mal visto e incluso perseguido y penado. La segunda, ha conllevado que hoy el mérito, la capacidad y la competencia no sean la moneda de cambio esencial para lograr una ocupación y, por tanto, la integración laboral y social. Generalmente es mejor saber callar, esperar y medrar. Estos fenómenos han sido tan frecuentes en las administraciones públicas porque muchos han mirado para otro lado o se han puesto de perfil lo que ha supuesto y está ocasionado un gran daño a las nuevas generaciones, específicamente a los estudiantes universitarios que hoy viven desorientados, desmotivados y dispersos. Han perdido la motivación para el esfuerzo y la dedicación porque no se valoran adecuadamente. Un ejemplo, 6 años de Medicina valen un 10% en el examen de para una especialización MIR y el examen de un día el 90%.
Siendo consciente de que habrá que abordar temas importantes: constitucionales, económicos y sociales; no se puede dejar de lado, por ser fundamental y prioritario, un tema transversal para la vida cotidiana, laboral y social como es la promoción de los valores que constituyen un pilar básico para construir un proyecto personal y/o profesional y social; que difícilmente se logrará si a las administraciones y a la política siguen llegando más oportunistas que gente preparada y competente y, además, sin el valor necesario para arreglar este contexto tan pernicioso y nocivo.
Las políticas públicas tienen que evitar las desigualdades y las arbitrariedades para mejorar la calidad de los servicios públicos por eso se debe recuperar el principio constitucional establecido en el artículo 103.3 de la Constitución. Es decir, ¨el acceso a la función pública de acuerdo con los principios de mérito y capacidad¨. Esto debe llevarse a efecto inequívocamente en todo el territorio nacional y además debe ser valorado con el mismo método de evaluación a nivel nacional; porque lo exige la igualdad de oportunidades y la justicia; pero también la ética que está relacionada con la actitud que precede a cualquier acción sobre las personas al convertirse en una carta de navegación para la vida cotidiana.
En los tiempos de grandes transformaciones, como los actuales, hay que asegurar que existan principios y valores éticos como la equidad y la justicia para que fluya la confianza frente a desmotivación y el respeto por los demás. También, debe asumirse siempre la responsabilidad personal; pero mucho más cuando se está en un cargo público de gran relevancia social.
Por último, se valore como se valore, desde la perspectiva ideológica y social que se quiera, no existe un solo modo de vivir que pueda realizarse sino se basa en la comprensión, la tolerancia y la predisposición al respeto y la sostenibilidad con las otras personas con las que se comparte la misión de conseguir una vida social sostenible, equilibrada y saludable.
A menudo, también hace mal,
quien no hace nada y no sólo quien hace algo
Marco Aurelio (Meditaciones)
JAMCA