OPINIóN
Actualizado 06/06/2016
Redacción

En el año 1996 votamos a José María Aznar, que nos prometía regeneración ética y soluciones económicas, para que nos sacase del pozo de ponzoña en el que nos había sumido el PSOE.

Cuando Aznar decía que bajando impuestos se podía generar riqueza y crecimiento económico se reían de él, hasta que lo hizo, y demostró que hay otra forma de hacer las cosas que no es la defendida por la izquierda. Demostró su inteligencia, al saberse un hombre gris, rodearse de los mejores en cada una de las facetas de la vida y, así, convertirse en el mejor presidente de la democracia, bien es verdad que estos genios le impidieron cumplir el compromiso principal de sus mandatos: la regeneración ética, que él para sí aplicó siendo el único presidente del gobierno que abandona el gobierno sin perder las elecciones y por voluntad propia. Elevó a España a las más altas cotas de prosperidad económica que ha disfrutado en la etapa democrática, colocó ?con todas las críticas que se le quieran hacer- a nuestro país en los foros de mayor influencia y prestigio internacional. Solo Le faltó limpiar su casa, limpiar a los suyos, regenerar la política y fortalecer los controles democráticos desmantelados en los períodos socialistas y, echo de menos, un poco de humildad.

Nuevamente, las recetas de izquierdas nos han llevado a la ruina y el PP de Rajoy ha traicionado todos los valores defendidos por la derecha democrática, engañando al ciudadano, aplicando austeridad al votante sin habérsela aplicado él e implementando las mismas políticas económicas que Zapatero. Por eso, nace la ilusión de un partido como VOX, al que en poco tiempo han zarandeado, zaherido, ninguneado y lanceado como nunca se ha hecho con un partido democrático a lo largo de la democracia, para ponerse a los pies de PODEMOS que tiene recetas caducas, dictatoriales, golpistas y que, como en Grecia, nos llevarían a la ruina, o de rodillas ante Cs que aplica las mismas recetas económicas que el PSOE.

La unidad de las fuerzas del centro derecha democrático que aplicó Aznar, con las recetas económicas de reducción de impuestos y generación de riqueza, defensa de la unidad de España y aplicando los criterios Europeos de austeridad a la estructura política, son las soluciones que la "nova casta" no quiere aplicar y que están impidiendo que conozcamos los ciudadanos.

No vale quejarse, no vale arrojar la toalla, no vale pensar que es imposible, porque este país lo puede todo.

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