“Lo supe siempre. No hay nadie que aguante la libertad ajena; a nadie le gusta vivir con una persona libre. Si eres libre, ese es el precio que tienes que pagar: la soledad”. Chavela Vargas


OPINIóN
Actualizado 03/06/2016
Luis Márquez

DENTRO DEL CICLO RECREACIONES, ODAS y OTRAS MANERAS DE PERDER EL TIEMPO PENSANDO.

Hay un principio que mide la sensibilidad humana y este es el de la incoherencia. Se supone que la verdad sustenta un edificio coherente, robusto, lleno de sentido y armonía, pero dejamos de lado que la verdad es un elemento absolutamente subjetivo, maleable y difícilmente predecible, lo cual inmediatamente nos lleva a pensar que nuestro edificio cuenta con muchas papeletas de acabar como las twin towers.

No hay verdad o mentira como concepto absoluto. Son meras construcciones metafóricas casi siempre interesadas. Como demostró la más deliciosa mente que he conocido, mentir es decir la verdad que nos gustaría.

Por tanto, si la verdad, en la que se basa nuestra coherencia no existe o de existir difiere para cada quien y cada momento apareciendo y desapareciendo como versos incompletos, irremediablemente llego a la conclusión de que la coherencia tampoco existe como tal. Más bien creo que esta es el resorte intelectual que utilizamos para estar tranquilos con nuestras propias decisiones, si estas son propias, lo cual cuestiono igualmente, ya que esta ampliamente aceptado que se fundamentan en una escala de valores y principios comunitarios que aceptamos como verdaderos, tales como aquellos que permitían en un pasado no muy lejano tratar a las mujeres o a las personas de color como seres inferiores. Mal que nos pese esa fue la construcción de la verdad a la que siguieron misóginas e racistas coherencias. Temamos pues a construcciones futuras.

Definitivamente queda quebrado el axioma de coherencia: pienso ? actúo, pues piensan otros por mí y actúo para estar tranquilo de que lo que me dicen es correcto y verdadero. Y yo me pregunto llegados a este punto ¿que coherencia hay en todo esto? Por el contrario surge como el ave fenix el siento ? actúo, pues sentir es de cada uno y difícilmente puede crearse de manera artificial. Así, si me siento mal, actuaré buscando todo aquello que laxe mi malestar o que equilibre mi disgusto o desazón, por mucho que me impongan una falsa verdad. Y las religiones saben mucho de esto.

Expuesto lo anterior, Bendito entre todos el que sea incoherente por naturaleza dentro de este mundo de fantasía coherente, pues a este no le faltará verdad, pues no existe para él, ni se mentirá a si mismo, pues es un individuo que no concibe acción sin emoción, sentimiento o sensibilidad alguna y que por encima de todas las cosas adora lo que siente trasngrediendo incluso a deshoras todos aquellos sistemas que constantemente le condicionan.

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