OPINIóN
Actualizado 26/05/2016
Enrique de Santiago

A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre ha ido evolucionando de la grey, o el rebaño, al grupo, siguiendo por la población, el feudo, la ciudad, la nación; de un sistema de patriarcado o matriarcado, al señor feudal, al monarca absolutista, al sistema comunista o al sistema capitalista. Es decir, el ser humano, que es imperfecto, tiende a la perfección, busca el ideal de convivencia, probando una y otra fórmula. En ese intento de alcanzar el punto ideal se van desechando aquellos estadios en los que el resultado no es aceptable. Se supera el absolutismo por la revolución liberal, que a su vez se supera por la revolución industrial, etc. y ese iter evolutivo llega a la revolución Rusa y al sistema comunista, que también es superado con la consagración del capitalismo y las estructuras democráticas reforzadas en el Estado de Derecho.

Dentro de estas últimas se desarrolla, en época de bonanza, el denominado Estado del Bienestar que, consecuencia de la crisis, de la falta de estructuras sólidas y de organización de futuro, se encuentra en discusión, poniendo en almoneda, también, el sistema democrático.

En este punto de desesperación social se enmarca el nacimiento de los partidos regeneradores de la vida pública, con mayor o menor desarrollo, en los que se busca la reconducción del sistema o la superación del mismo. Lo que no se comprende es que cuando el ser humano ha superado un estadio, por no cumplir las expectativas de avance social esperadas, lo que se proponga sea, en lugar de avanzar, volver al pasado. No comprendo que, por parte de PODEMOS, la solución regeneradora sea retroceder en el tiempo a la revolución rusa y la implantación del comunismo o la superación del Estado democrático de Derecho por el Estado socialista bolivariano, igualmente superado por la realidad; en definitiva, clamando por el progreso proponen la involución más retrógrada.

No se puede uno anclar en sus planteamientos políticos y debe de ser consciente del avance social que debe proponer y así podrá plantear una reducción del Estado que garantice la justicia social, con la reestructuración de controles que devuelvan al ciudadano el poder, o el aumento del Estado con el que intentar mantener un Estado del Bienestar que se hunde; pero, lo que no tiene sentido, salvo que se quiera la calamidad social, es retroceder en el tiempo a fórmulas que se demostraron superadas y catastróficas, por más que la imagen de novedad deslumbre.

No te dejes obnubilar por la foto, la imagen, y busca su contenido real, su planteamiento efectivo.

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