OPINIóN
Actualizado 24/05/2016
María Tamame

En muchas ocasiones seguro que te has topado con alguien o tú mismo lo has comentado alguna vez; "la familia te toca, la otra familia? los amigos, es la que eliges tu".

Pues bien esto no es del todo cierto, hay ocasiones en la que con esa familia opcional que has elegido tu emergen conflictos que has de resolver o te empeñas en hacerlo, ¿Por qué? Si es opcional y no te están aportando cosas positivas, en cambio si negativas ¿Por qué te enfadas, porque te decepcionas, porque les retiras la palabra y tus pensamientos se centran en el conflicto?

Esta es la prueba de que tan libres no somos para elegir nuestras amistades o con quienes compartimos nuestros momentos de ocio, penas y alegrías.

Esto surge de una necesidad imperiosa de sociabilización del ser humano, somos personas sociales desde el minuto uno de nuestro nacimiento. Necesitamos ayuda y cuidados para sobrevivir, alimentarnos y no caer enfermos. Las conductas sociales de nuestro núcleo familiar, los gustos de nuestros padres, las situaciones laborales de los mismos, sus redes de amistades, etc, todo eso va a estar directamente implicado en nuestro grupo de iguales, en el grupo de amistades que vas a tener y en el rol que tú vas a desempeñar a lo largo de tu ciclo vital.

El grado de ansiedad o de templanza que tengas con estas situaciones de conflicto o de placer estará proporcionalmente relacionado con el nivel emocional y con el grado de interés o intereses que le impliques a cada situación dada, es decir, cuando tú has sufrido por ejemplo la muerte de un ser querido vas a empatizar mucho más con los sentimientos de esa persona, crearas lazos de amistad más fuertes ya que puedes acercarte al dolor que está pasando, después de esta situación vital cuando una amistad te contemple un problema tu grados de intereses o de preferencias en la vida habrá aumentando, no dándole importancia o no prestándole tanta atención a esta última amistad.

En este último caso es donde debemos de tenernos más en cuenta y estar más atentos, lo que para ti es un problema menor para la otra persona puede ser un problema enorme, porque su grado vivencial está pasando por otro barómetro menor que el tuyo, lo cual no quiere decir que debas minimizar su problema o su situación emocional.

En esos momentos lo mejor es utilizar la empatía, ponerte en su situación y pensar en blanco, para ti ese mismo problema hace un tiempo resultaría extremadamente estresante, cuanto tu grado vivencial estaba mas bajo, por ello debemos escuchar y comunicar, porque en tus manos esta seguir o no con relaciones de amistad, pero esas relaciones de amistad, esa "otra familia" que yo elijo, también viene dada por factores familiares y sociales, por ello hay que intentar cuidarla del mismo modo que la biológica, para que los problemas emocionales negativos no nos condicionen la vida.

Este es mi semanal beso para tod@s vosotr@s, hasta la semana que viene.

María Tamame Montero.

Edukas Centro Psicosocial. www.centroedukas.com

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