Por Rodrigo Del Castillo Medina, joven de 29 años, 'speaker', presentador y natural de Villoruela
No quiero tener más premisa
que pecar a conciencia
para robar su olvido
y sentir la experiencia
de tenerte más cerca de mí.
Si presiento el engaño
cerraré mis puertas,
pues estando abiertas
ni si quiera la ternura
se apiada de mí,
y aunque no te lo creas,
si en mitad del camino
no me paro a besarte,
no te enfades conmigo,
soy muy poco sutil.
Pero al tiempo que desvarío
compraría las joyas
para grabar tu nombre,
pues quizás mi memoria
ya no recuerde tu carmín.
Anoche, en mi cama soñé
que me enseñabas con calma:
el amor de papel
no traspasa la piel,
pero llega hasta el
alma.
Hoy solo busco
un no sé donde,
para nadie,
en ningún sitio,
que me recuerde a ti.
Aquel sol que brillaba
ha dicho que se esconde,
no quiere ver la nube
que nubla las emociones
ni la lluvia de abril,
que caía en el paisaje
como arena de desierto,
cáscaras de dunas
que hoy maneja el viento,
no soporto más este trajín.
Pero antes de marcharme
de este folio, sincronizo
el marcapasos del corazón
como un reloj suizo,
feliz yo, tu también feliz.
Anoche en mi cama soñé
que me enseñabas con calma:
el amor de papel
no traspasa la piel,
pero llega hasta el alma.