Estamos viendo continuamente en muchas organizaciones aparentemente exitosas una pirámide de dirección donde los directivos sólo se dedican a la imagen o en los mejores casos a gestión. No conocen el trato o el trabajo con el producto que en el caso de la educación son los chicos.
Esta forma de dirección donde las decisiones se toman sin conocer la realidad inmediata de los usuarios lleva a leyes como la LOMCE. Cobran además desproporcionadamente más que los trabajadores de atención directa. Por la ley de competencia el más incompetente es el presidente del gobierno y en un colegio el director. Si falta el presidente la administración sigue, si falta el director del colegio también y si falta un profesor hay que sustituirlo porque los niños se quedan sin clase.
Pero el problema está en que es inversamente proporcional a la ley del cambio. El círculo de influencia del profesor es menor por lo que puede provocar menos cambios generales.
Nosotros intentamos tener directivos de atención directa que tengan relación con niños y familias y sean los mejores especialistas. De esta forma se predica con el ejemplo y las decisiones se toman prioritariamente hacia el bien del menor.
Es más fácil encontrar personas que rellenen papeles que educadores de vocación que disfruten con estos chicos en el aula, aunque toca hacer de todo con personas multidisciplinares. Esto conlleva una buena organización de los tiempos.
Los chicos necesitan referentes cercanos como personas y trabajadores eficientes que no tienen la queja por norma y disfrutan de su trabajo. Espíritu crítico sí pero con responsabilidad. De esta forma evitamos que los trabajadores nos tachen de jefecillos caciques y nosotros evitamos pensar que los trabajadores se acomodan. Es cuestión de sinergias de la honestidad de lo que se nos da mejor. Ascender no es gestionar o representar es ser más útil a quien más lo necesita.
Es muy importante en nuestro campo dar un buen ejemplo a nuestros chicos siendo humilde y que vean a los directores, etc, limpiar, desbrozar, poner ladrillos o servir mesas. Muchos tendrán trabajos de estas características porque no sacarán el título para dar clase o mandar. Por lo tanto no podemos darles falsas expectativas y deberemos demostrarles que todos los trabajos son igualmente dignos y te pueden dar autonomía para poder ser feliz en la vida con los tuyos.
Por lo tanto no eduquemos divos, ni niños burbuja, eduquemos en la responsabilidad y la capacidad de esfuerzo para poder perseguir sus sueños, pero desde su realidad, no desde la de un educador, profesor, o político privilegiado.