No sé bien si los futuros espectadores de la serie reconocerán que ésta ha sido filmada en los decorados salmantinos o en la auténtica Verona. Eso va a ser lo malo. Que un espectador cuando ve una trama filmada no repara en si esto es o no es el original decorado. Interesa la trama, la credibilidad de la trama en sí, y lo del fondo será mejor o peor decorado, pero sólo decorado. Eso entonces habrá sido positivo para los productores y directores de la serie que habrán obtenido sus resultados en la ciudad elegida y al coste elegido, pero para el espectador medio eso que allí ven será Verona siempre. No es que sea del todo malo (que ni hablar), pero lo de la promoción posterior de la ciudad no se habrá producido completamente.
Bienvenida sea (a pasar de todas las molestias del mundo) esta iniciativa como otras parecidas. Vivimos en una ciudad muy hermosa. Magníficamente conservada y con edificios muy notables de entre el siglo XVI y el XVIII. Ideal para ser visitada, detenidamente contemplada, y para hacer de plató cinematográfico en producciones como esta. La hostelería y el resto de servicios agradecen estas visitas. Se crean unos puestos de trabajo (aunque sean tan efímeros) y tendremos la ilusión de ver luego las caras de algunos paisanos haciéndose pasar en las pantallas por veroneses de verdad. Estas cosas resultan, cuando menos, ilusionantes. Y que luego todo quede como lo encontraron al principio. Incluida la tranquilidad.
Fotografía: Julio López