Para las aves, mayo es la culminación de las llegadas de migrantes. Lo hacen ahora los más rezagados, entre los que se cuentan el halcón abejero, las tórtolas, los pechiazules, la collalba gris, el roquero rojo, el águila calzada... Los sedentarios se enfrentan, como poco, a la segunda pollada del año. Y ante todo éste es el mes de los volanderos. Veremos con mayor facilidad por su inexperiencia a decenas de novatos de decenas de especies. ¡Qué menos que contemplarlos y dejarles adquirir experiencia!
La carnada es otra de las señas de identidad del mayo natural. Las habrá ya correteando por los aledaños de sus cubiles en el caso de zorros, conejos, tejones, gatos de monte y linces. Muchos se enfrentan al siempre desagradable destete y a la multiplicación del trabajo predador de sus progenitores
No cesa la masiva floración. Se incorporan las albas resedas, matacandiles, collejas, rabanillos silvestres, amapolas ...
En los tarayes aparece también su discreta flor, a veces cuando sobre sus ramas están naciendo los pollos de las garzas coloniales. Y entre sus raíces, tantas veces encharcadas, culminan su metamorfosis las efímeras. Su cortísima vida, sólo aérea para dedicarla al amor, a menudo no sobrepasa las veinticuatro horas. Enjambran las abejas. Unas pocas colonias llegan a instalarse en los bosques y pasan a ser de nuevo animales incontrolados.
"Ya está aquí la segunda puesta de los carboneros"
Semana de incesantes nacimientos. Paren la mayoría de los ciervos y corzos. Cabras montesas y gamos, rebecos y muflones, conejos y liebres, ratones y topillos. Decenas de especies de aves entre las que destacan alcaravanes