Nueva muestra de singulares creativos salmantinos en La Salina, donde los pinceles de Miguel Elías y Florencio Maíllo quiquiriquean arte singular en telas y papeles japoneses, poetizando formas con pinceles sobre el acero, envueltas en versos de Luis Melero acariciados por las notas del piano de María José Rodríguez, que Fely Campo pespuntea en azabache sobre la esfinge.
Belleza distraída y "Trazado sin rumbo" aparente, orientado por cuatro timoneles con timón fijo al deleite del visitante, que asombrado contempla destellos plateados sobre el metal fulgente, entremezclados con aves cantarinas al son del pentagrama que vivifica con arpegios los versos del poeta.
Confluencia de artistas, hermandad de talentos, equipo de maestros, grupo de virtuosos y cooperativa de soñadores, despojados de codiciosos intereses, que han desnudado su arte sin respeto al clasicismo, sabedores del agradecimiento que les guardaremos quienes hemos disfrutado el placer de contemplar sus obras en el palaciego salinar.
Aventura creativa, ruptura de formas y novedad expositiva, asumiendo el riesgo de abrir camino por senderos artísticos renovadores con experiencias inéditas, haciendo confluir armónicamente formas tradicionalmente independientes en un espacio común felizmente estético, fraternal y deleitoso.
Gracias, amigos, por vuestra generosidad, por vuestro ofrecimiento, por vuestra vocación social y por haber remansado el alma de quienes visitamos esta obra comunal, alejándonos de la agitada vida que empobrecen codiciosos especuladores, porque mientras existan creadores como vosotros, la vida será más feliz.