El salmantino hará el paseíllo en la Goyesca del 2 de mayo, una cita histórica en Las Ventas, junto a Miguel Abellán e Iván Vicente
Juan del Álamo sabe que la Fiesta tiene en él sus ojos, sobre todo después de su sorpresa de Valencia. Lo sabe y por eso se siente responsabilizado para afrontar un San Isidro en el que el rosario de orejas que toda su carrera ha cortado en la primera plaza del mundo debe tener un fruto rompedor. Hablamos con el torero salmantino antes de hacer el paseíllo en la Goyesca del 2 de mayo, una cita histórica que este año, junto a Abellán e Iván Vicente, lo será además por partida triple por la presencia del hierro de Joselito dos décadas después de su célebre encerrona.
"Me encuentro con una madurez adquirida que no tenía antes y sobre todo con mucha motivación. En lo que llevamos de temporada he toreado en Valencia, Arles y Zaragoza a parte de lo que he toreado en el campo. El 2 de mayo es la siguiente corrida de toros y es en lo que pienso, en lo que se concentran todas las miras", señala sobre su preparación física y psicológica de cara a la primera plaza del mundo.
En Valencia debutó la pasada Feria de Fallas con una grata impresión al salir en volandas. Fue aquella una tarde en la que, prendido Joselito Adame y sin opciones Fandiño, el mirobrigense se impuso a base de la técnica charra que ya es signo y seña de su concepto. "Antes de hacer el paseíllo tenía la incertidumbre del qué pasaría en Valencia. Estaba todo el mundo pendiente de mí. Después llegó un momento de confianza, de creer en mi forma de expresarme y de torear. Conseguí momentos muy a gusto. Sentí que di una dimensión importante y creo que después cogí esa confianza e ilusión en mí mismo que me guió para triunfar y cortar las orejas".
Los que han seguido la carrera de Juan del Álamo desde que tomó te la alternativa hasta la fecha actual ven una ilógica injusticia tras tantos golpes consecutivos en Madrid, que aunque no rotundos, sí han sido firmes. Ahora, tiene la Goyesca un matiz fundamental, porque es muy madrileña y muy salmantina, por lo que significa además para la plaza de Las Ventas José Miguel Arroyo. "Para mí es como si fuera la última oportunidad de mi vida. Siempre he intentado ganarme los contratos por la vía del esfuerzo. Me he tenido que hacer la temporada allí y ahora mismo la veo como la única oportunidad que tengo. Es bonito y hay que disfrutarlo, pero sintiendo que esa responsabilidad y ese peso de la plaza está y permanece. Por supuesto que ese día es muy señalado, soñado para un torero. Creo que tiene muchos argumentos para que sea un día importante".
Dice de Madrid significar la última oportunidad de su carrera. Así se lo toma porque es el único arma para permanecer vivo en el injusto sistema. En cuanto a si también se lo toma como una última bala o si saldrá a la plaza, por el contrario, a disfrutar, Del Álamo comenta que "ahora mismo pienso, sobre todo, que cada compromiso es el último día que voy a torear. Quiero vivirlo, disfrutarlo y sentirlo, porque sé que es la forma en que saco lo mejor de mí como si de esa tarde dependieran otras más. También creo que ahora mismo la competencia está pegando fuerte y muchos toreros que han golpeado fuerte a principio de temporada uno se tiene que marcar objetivos y metas a conseguir altas. Creo que en esa forma de planteármelo estoy para sacar todo de mí".
Que el nombre de Juan del Álamo no esté acartelado entre figuras y que, además, en muchas ocasiones no se le relacione con la juventud que rompe en las grandes Ferias es una gran injusticia con su pasado. Se olvidan de las orejas de Madrid. Y que, además, es torero de la capital. "Injusta o justamente la razón la van a tener la espada y la muleta, que son los que mandan en esto. Por eso te digo que sigo mi camino, sigo siendo fiel a mi forma de pensar y a mí mismo y con la constancia. Sigo con la lucha diaria en estos momentos tan decisivos para que uno pueda creer en sí mismo y que, en su trabajo, se vea reflejado. Eso creo que vale en el toreo, junto con la espada y la muleta. No estoy preocupado en el qué dirán, en si estoy mejor colocado o no, simplemente en cortar las orejas y sentirme también, dando esa dimensión como torero que creo que tengo dentro y que quiero sacar. Si soy capaz de conseguir eso, el toreo me dará la razón", rubrica el joven.
JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO (CULTORO)