LEDRADA | La cofradía de Jesús el Nazareno, ayudada por decenas de vecinos, cumplió con la tradición del día más intenso de la programación de Semana Santa
El Viernes Santo ledradense llegó a su final con la última de las celebraciones litúrgicas de la jornada, la Procesión del Santo Entierro. Tras el Vía Crucis a mediodía y la celebración de los Santos Oficios, llegó el turno de la procesión nocturna más multitudinaria del calendario local. Las imágenes del Cristo Crucificado, La Dolorosa, El Nazareno y el Santo Sepulcro formaron parte de la comitiva, tanto a hombros de los hermanos de la cofradía de Jesús el Nazareno, como de fieles vecinos de la localidad. Cuando los pasos llegaron a la plaza Mayor, se hizo un corto alto en el camino. Las integrantes del coro parroquial le cantaron un himno a la imagen de La Dolorosa. Acto seguido, dicha imagen fue llevada al encuentro de la imagen de Cristo Crucificado, que fue levantado en vilo por sus portadores. La segunda parada antes de regresar al templo fue a la altura del Ayuntamiento, desde el cual se pudo oír una saeta.