No pueden tirar del carro personas que no dan ejemplo en su vida cotidiana de lo que pretenden representar con el cargo que ostentan
Recibimos la noticia no deseada, pero no por ello lógica, que la Junta de Castilla no aceptara elefante como animal de compañía, en este caso que no considere la Semana Santa de Miróbriga digna de ser declarada como de interés Turístico por baja calidad y poco original. Tienen los técnicos de la Junta más razón que todos los santos que aquí procesionan. Ahora que está de moda etiquetar cualquier cosa como digno de no sé qué grandeza es momento de poner coto a dispendios publicitarios porque al final pasa lo que pasa; que el turista, viajero o mero espectador se sienta profundamente defraudado al comprobar que aquello que le vendieron no cumple con el interés esperado. No pueden meterse las cosas a presión con calzador así por que sí. A mí también me gustaría que me piropearan las mozas por la calle o aparecer en el calendario Michelin pero sé que eso no puede ser y además es imposible.
La Semana Santa de C. Rodrigo se desarrolla, y eso no se podrá negar nunca, en un marco envolvente e incomparable. Catedral, Iglesias y un recinto urbano de ensueño no dejarán indiferente a nadie, otra cosa es la riqueza de las tallas, lo ancestral de los ritos, la singularidad de los actos, el colorido de los hábitos o el fervor con el que se vive. Es ahí donde esta deja mucho que desear. No significa que de aquí en adelante alguien se lo tome en serio y decida dar una vuelta al tema e imprimir de una personalidad singular, atractiva, sui géneris y reconocible. Es misión de las Cofradías representadas dignamente por sus Juntas Directivas mas estas se encuentran perdidas en absurdas luchas fratricidas e intrigas neopalaciegas, como ha quedado de manifiesto estos últimos tiempos llegando a la vergonzante situación de no contar con una Junta coral y unida de Cofradías lo que provocó la decisión salomónica Episcopal de encargar la organización de la Semana Santa a una de las Cofradías en turno rotatorio.
No pueden tirar del carro personas que no dan ejemplo en su vida cotidiana de lo que pretenden representar con el cargo que ostentan. Luego, no extraña que tengamos que asistir a espectáculos públicos poco edificantes o que incluso algún presidente manifieste sin sonrojo en los medios que la Semana Santa "no es cosa de curas". El año pasado, sin ir más lejos, en un acto que me parece entrañable, asistían a la Misa por los Cofrades difuntos un Obispo dos sacerdotes y siete fieles. ¿Qué actividades culturales, solidarias, fraternales, caritativas o meramente sociales consiguen organizar las Cofradías de este pueblo a lo largo de un año natural? Ninguna. Vamos camino de ver todos los pasos sobre ruedas hacia el precipicio de la vulgaridad porque no han sabido enganchar a gente joven dispuesta a sacrificar su tiempo y sus hombros por pequeñeces en las formas y ridículos dogmas subjetivos. Haced lo que yo digo pero no lo que yo hago. O sea el cinismo elevado a su máxima expresión. Obvio es que en la sombra hay personas trabajadoras y comprometidas, pero que por cansancio e impotencia quedan eclipsadas por la vanidad de los que les preceden en el cargo.
Siento si he sido duro y/o agrio en este artículo. Fui costalero, soy creyente y moderadamente practicante, aunque como decía D. Miguel de Unamuno antepongo la verdad incluso por delante de la paz. He dicho.
Jesús Cid