Desde que Ciudadanos se ha aliado con el PSOE y Albert Rivera ha decidido hacerle la cobra a Mariano Rajoy, el partido naranja y su líder se han convertido en destinatarios de todo tipo de ataques y denuestos por parte del PP. Génova ha abierto una especie de competición que podría denominarse "tiro al Naranjito", aunque no todos los dirigentes autonómicos y provinciales del partido pueden aplicarse con el mismo ímpetu
El presidente provincial del PP de Segovia, Francisco Vázquez, viene siendo uno de los más cañeros y ha comparado a Ciudadanos con un pomelo (naranja por fuera y rojo por dentro), al tiempo que ha pedido a los concejales de dicho partido y del PSOE en los pequeños municipios "que hagan un ejercicio de humildad y que se vayan". Viene al caso señalar que Vázquez preside la Diputación con mayoría y que el ayuntamiento de Segovia está gobernado por el PSOE.
Con mucho mas tiento tienen que andar otros colegas suyos, como el vallisoletano Jesús Julio Carnero, a la sazón secretario provincial del PP, quien gobierna la Diputación en minoría tras haber mantenido la presidencia gracias a la abstención de Ciudadanos. Y otro tanto les ocurre a los dirigentes provinciales del PP en León, Burgos, Salamanca, Palencia y Ávila, que no pueden sustraerse al hecho de que los populares gobiernan en minoría en las cinco capitales de estas provincias, cuyas alcaldías pudieron retener gracias a la formación naranja.
Por mucho que se lo pida el cuerpo, el presidente de la Diputación de Burgos, César Rico, o el de Salamanca, Javier Iglesias, que a su vez presiden el PP en sus respectivas provincias, se cuidarán mucho de lanzar cualquier ex abrupto contra Rivera y su partido. Obligado ejercicio de contención al que también está obligado el propio secretario autonómico del PSOE, Alfonso Fernández Mañueco, no en vano alcalde de Salamanca.
Por mucho que se encone en Madrid la relación entre PP y Ciudadanos, no entra en ningún cálculo que el partido naranja termine aliándose con toda la izquierda (haría falta también el voto de las candidaturas impulsadas por IU y Podemos) para presentar mociones de censura en dichos ayuntamientos. Pero tampoco conviene tensar mucho la cuerda. Que se lo pregunten al alcalde de Burgos, Javier Lacalle, quien sigue sin haber podido sacar adelante el Presupuesto municipal. Así pues, "tiro al Naranjito", pero con restricciones. Básicamente la de no morder la mano de quien te mantiene en el poder?