Otro accidentado pleno el celebrado ayer por las Cortes, cuya presidenta,Silvia Clemente, tuvo que aplicarse a fondo para poner orden entre socialistas y populares, últimamente abonados a la permanente bronca parlamentaria.
El portavoz socialista, Luis Tudanca, y el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, volvieron a sacudirse de lo lindo jaleados por sus respectivas bancadas. Aunque había preguntado sobre otra cosa, el primero volvió a instar al segundo a que comparezca ante las comisiones parlamentarias que investigan la "trama eólica" y los sobrecostes del Hospital de Burgos. Y Herrera contestó cargando las tintas contra Tudanca por su ferviente apoyo al pacto PSOE-Ciudadanos, concluyendo que con su incondicional respaldo a la supresión de las Diputaciones "ha quedado usted como Cagancho en Almagro" (sic)
Esta última expresión no la pasó por alto el portavoz socialista, que, al haber consumido su turno en el hemiciclo, replicó a través de Twitter con un mensaje que calificaba dicha alusión como "política de nivel". Pero no fue este tuit sino otro, en este caso vicepresidenta socialista de la Cortes,Ana Sánchez, el que desató la caja de los truenos. "La pérdida de papeles @ppcyl comienza a ser antológica, ya ni educación, a qué viene ese estado histeria?", escribió Sánchez en su cuenta de Twitter. A raíz de lo cual el portavoz del grupo popular, Carlos Fernández Carriedo, reprobó que desde un puesto institucional de la Mesa de las Cortes se atacara a los procuradores del PP.
En el transcurso de la sesión, la presidenta de la Cámara tuvo que reprender a varios procuradores, tanto del grupo popular como del socialista. Lo más llamativo de toda la bronca fue que el principal "hooligan" del PP no estaba situado en ninguna de las últimas filas, sino en el mismísimo banco azul: el consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez. Ante sus repetidos comentarios y gestos desafiantes hacia la presidencia, Silvia Clemente tuvo que llamarle al orden en dos ocasiones (la tercera hubiera significado su expulsión).
Después, De Santiago-Juárez añoró en los pasillos a la anterior presidenta y actual consejera de Cultura, Josefa García Cirac. "Ella no hubiera tenido la osadía de llamarme al orden", le faltó decir. Y "El topillo" da fe de que no sería porque en más de una ocasión no hiciera sobrados méritos para ello?