Sánchez ex Presidente

Habíamos salido a cenar, lo hacíamos a menudo y en la sobremesa charlábamos sobre lo divino y lo humano.  Me habían detectado una úlcera de duodeno y otra de pre píloro y tenía un ardor de estómago muy considerable, por lo que pedí agua para beber y él pidió una botella de vino. Le encanta el vino tinto, el de Toro, el grueso, el no tratado, aquél que manchaba el vaso en el que se escanciaba. En la sobremesa salieron, como siempre, varios temas a debatir y el vino, en la botella, iba bajando de nivel.

Hicimos notar que, dada la actual situación política española, se hablaba menos de Cataluña, bueno, que ya no se hablaba; parecía como si la independencia, el tema lingüístico, la constante y permanente desobediencia a los tribunales, la desfachatez con que se producían determinadas declaraciones en claro desacato a la justicia, todo ello ya no eran temas de discusión en ninguna tertulia; ahora el tema estaba en los pactos.

-Crees que Pedro Sanchez  conseguirá la investidura- le pregunté.

-Sin ninguna duda. Es eso o nada.

-Pero no tiene votos suficientes para ello.

-No en la primera, y tal vez tampoco en la segunda, pero le quedarán dos meses para intentarlo.

-Creo que estamos abocados a unas nuevas elecciones.

Meditó la respuesta durante un tiempo y después, como pensando en voz alta dijo

-No, no habrá nuevas elecciones, sería un tremendo fracaso para la política; o mejor aún, para los políticos. Los ciudadanos ya hemos votado y ahora son ellos los que deben hacer su trabajo.

-Pero después del no es no, de ni siquiera querer hablar con los Populares, no entiendo que éstos apoyen su investidura.

-Vendrá de la izquierda, a los Podemitas les darán un trozo del pastel, obviamente no todo lo que pedían y, muy a última hora, "voilà", saldrá el conejo de la chistera y tendremos presidente.

-Tal vez sea así pero será un presidente brevísimo que estará abocado a una moción de censura en un plazo breve. Creo que sus deseos de ser presidente se frustrarán.

-Probablemente, pero tengo la impresión que el susodicho no ha tenido nunca la intención de ser presidente; tal vez al principio, pero ahora sospecho que quiere ser ex presidente. No olvides que ser presidente tiene una limitación en el tiempo, mientras que las enormes ventajas del ex presidente son vitalicias. No hay ni nueva no vieja política, solo existe el deseo de poder y de riqueza y ya sabes que se dice que si el poder corrompe el poder absoluto corrompe absolutamente.

-Pero estos todavía no tienen poder.

-Todavía, pero lo tocan con la yema de los dedos. Ya están incumpliendo, todos, aquellas promesas sobre con quién y cómo pactarían y sobre con quién jamás lo harían.

-¡Caramba! Poca fe tienes en los políticos.

-¿Y tú?

Me quedé mirándole pensativo mientras saboreaba mi taza de café y él apuraba su copa de vino y llegué a la conclusión que Plinio el Viejo tenía razón cuan dijo lo que dijo parafraseando a Alceo de Mitelene