OPINIóN
Actualizado 01/03/2016
Charo Alonso

Ya ven, lo mío con la tele se reduce a limpiarle el polvo. Nada más, pero cuando salgo al espacio exterior, me la quedo mirando como niño embobado? y tanto, sobre todo cuando esos nuevos políticos cuya cara no me suena, se sientan en un plató a hablar de lo que no hablan negociando. Yo debo ser pero que muy tonta, porque no entiendo por qué, viéndose en la tele a cada poco, no quedan para tomar algo fuera y ya de paso negociar pactos. Pero debe ser que solo les pone el directo, está claro, o que solo hablan a golpe de chequera aunque ¿Si vas a un sitio en representación de tu partido, cobras tú o cobran las siglas? Misterios de la vida mientras me trago un debate político mientras a mi alrededor los niños refunfuñan porque quieren ver dibujos y están acostumbrados a no tenerme delante del aparato con la boca abierta y el mando bien agarrado, que no me fío.

   Hablan y hablan, probablemente se dicen lo contrario a lo que vienen predicando, o adaptan el discurso a lo que ha ido pasando. Es curioso todo esto, y si no fuera porque estamos en plan interinato, hasta divertido. Sorprendente, paradójico, un tanto ridículo, otro tanto de sálvese el aforado que pueda. Me hace gracia la falta de corbatas, me hace gracia el discurso contundente de cierto candidato que luego subscribe un pacto en el que donde digo digo, digo diego. Me alarma la falta de coherencia sí, pero respeto el ataque de pragmatismo que les da a algunos. Las siglas no deberían ser como los barrotes de una prisión, pero si abogo aún desde la coherencia, con cierta flexibilidad. Total, que ahí están unos y otros al verlas caer y mientras, el país viendo llover y dejando que todo funcione, lo que nos da una idea un tanto perturbadora de cómo funciona el equipo que manda. Parece que todo va solo y que no necesitamos tanto alto cargo y menos, tanto ministro y presidente del gobierno. La máquina va solita por ahí y asistimos al invierno mientras nos encogemos de hombros ya un tanto saturados por esos debates televisivos que luego no se ven fuera de los focos. La vida política española no necesita luz y taquígrafos, sino dinero para tertulias. Por eso abogo por tener un presidente del gobierno que sea un moderador correcto y ya, televisamos los consejos de ministros y que sea lo que Dios y Rivera quieran. Si es que no se puede ser tertuliano y luego aspirante a vicepresidente, por favor, que no somos capaces de tomarnos en serio ¿O no?

  

Charo Alonso

Fotografía: Fernando Sánchez Gómez

 

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