Asistimos cada día a los retos personales que se nos plantean en la vida diaria; pero también a todos aquellos que se van añadiendo al horizonte de las sociedades actuales a las que pertenecemos y de las que formamos parte como ciudadanos Entre los retos que nos despiertan, casi diariamente, están aquellos que difunden generosamente las agencias prensa y los medios de comunicación y que se repiten con demasiada frecuencia. Estos generalmente son retos nocivos y son consecuencia de las miserias humanas como es el terrorismo, la violencia de género, los homicidios y los asesinatos. Otros, como los accidentes, tienen que ver con los factores de riesgo y con las conductas de riesgo que cada vez son más frecuentes y prevalentes en la vida moderna actual. Frecuentes, por su gran incidencia, y prevalentes, porque cada vez acontecen a un mayor número individuos y de grupos poblacionales cuyas causas se mantienen en el tiempo. Hasta tal punto que suponen una carga por su impacto y porque afectan a la sostenibilidad de los sistemas sociales, como el sanitario y los servicios sociales. Seguirán existiendo; salvo que la Educación mejore en calidad y como valor social. Ésta posibilita una convivencia saludable y prudente que reducirá y controlará su frecuencia. Para ello es necesario dar un valor social añadido a la Educación y al sistema educativo, algo que hoy ni tiene ni existe porque cada vez hay un menor esfuerzo para/en el alumnado y una mayor impotencia y frustración en el profesorado. Todos los actores, los padres, los educadores, alumnos y la Sociedad en su conjunto deben de sensibilizarse de que este no es el camino para afrontar los riesgos y los retos. Por ejemplo, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) suponen riesgos tangibles a medio y largo plazo, como la falta de habilidades sociales y de comunicación, barreras a las relaciones interpersonales como el aislamiento, trastornos de conducta, adicciones, etc. Su repercusión llegará, sino se actúa, a ser trascendente.
Por otra parte, están con nosotros, compartiendo nuestras vidas, aquellos retos que se han generado por la efectividad y el éxito de las Políticas de Salud Pública llevados a cabo en los países desarrollados como la generalización de los calendarios de vacunación, la accesibilidad y cobertura universal de los servicios sanitarios, el saneamiento ambiental y el desarrollo socioeconómico y cultural. Todo lo cual ha conllevado un aumento de la esperanza de vida que se asocia a envejecimiento, enfermedad crónica y discapacidad y/o dependencia. Estos son el resultado del éxito y, por tanto, no son un problema sino un reto asociado a la Salud Poblacional o Comunitaria. Constituyen los denominados retos saludables, dado que aparecen después de una vida más o menos saludable en una etapa final que conlleva convivir y adaptarse a la cronicidad, la incapacidad y la fragilidad que aparece en los mayores y ancianos. Estos constituyen un reto que las sociedades modernas y avanzadas deben afrontar.
Para afrontarlos existen dos estrategias, la oportunista e individual, a través del recurso más efectivo y eficiente que existe, como es la información, el asesoramiento y las recomendaciones que deben aportar los profesionales sanitarios para concienciar a sus pacientes que es necesario llevar a cabo un estilo de vida saludable que sea compatible con el valor de la Salud. Las evidencias científicas, en la que se deben apoyar siempre los consejos médicos y sanitarios, deben ser personalizadas e incluir los valores y preferencias de los pacientes, respetando siempre el principio ético de autonomía. Otra estrategia es la poblacional o de masas que debe conllevar la reorientación y reorganización de los recursos del Sistema Sanitario español para poder resolver las estas necesidades y problemas de salud-enfermedad mediante una asistencia integral, sanitaria y social, en la que exista continuidad y seguimiento efectivo y eficiente de los pacientes.
A los retos actuales, nocivos y saludables, debemos afrontarlos con un estilo de vida saludable individual en un contexto comunitario que ponga en valor la Educación y la Salud?
JAMCA