OPINIóN
Actualizado 25/02/2016
Víctor Hernández

La música, como ya hemos visto en anteriores artículos, tiene numerosos beneficios. No obstante, hoy me gustaría hablaros de la importancia que tiene el jazz en el desarrollo de los niños, tanto a nivel emocional como intelectual, a la vez que mejora su expresión y su creatividad.

La escucha de la música, como ya sabemos, tiene grandes propiedades terapéuticas y es beneficiosa a cualquier edad, pero es en la infancia cuando podremos sacar un mayor provecho de esos beneficios.

Este estilo en concreto, el jazz, parece el ideal para lograr el pleno desarrollo emocional e intelectual de los más pequeños. No hay excusa, ya que se trata de un recurso fácil de utilizar y resulta atractivo para ellos.

La explicación, por la cual el jazz es tan productivo, viene dada por el hecho de que este estilo está marcado por la improvisación y el virtuosismo más o menos acentuado. Los intérpretes de jazz procuran reflejar en la música todos los matices y sensaciones posibles. Sencillamente, tratan de transmitir emociones que salen de lo más profundo de su ser en ese preciso momento y las acompañan con melodías de marcada vitalidad. Así, al escuchar jazz, puede apreciarse la vida en libertad.

Lo que muestra a los niños, en primera instancia, es la belleza de la improvisación a todas las escalas. Esto ayuda a centrarse en el momento presente y a no preocuparse por lo que traiga el futuro, transmitiendo la importancia del aprendizaje de la experimentación para moverse en terrenos aún por descubrir e incluso por inventar, otorgándoles confianza en ellos mismos.

Algunos estudios revelan que es útil para la superación de episodios traumáticos y ayuda a evitar conductas depresivas gracias a su carácter, en el que prima la improvisación y la búsqueda de sorprender al oyente. Escuchar jazz también predispone al oído para aprender idiomas.

A tenor de estas afirmaciones, vemos que el jazz contribuye de forma positiva en la formación integral y en el rendimiento académico al agilizar las funciones cognitivas en una medida proporcionalmente mayor que otros estilos musicales. Además, algunas piezas de jazz también ayudan a la relajación.

Para terminar, decir que estos no son los únicos beneficios que puede proporcionar la música jazz a los niños, ya que sus ritmos sincopados permiten mejorar la coordinación y la psicomotricidad, pudiéndose llevar la improvisación al ámbito del movimiento.

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