OPINIóN
Actualizado 20/02/2016
Eusebio Gómez

 Un grano de trigo, dejado en el campo después de la siega, hizo un pacto con una hormiga, que quería comerlo. "Si me dejas aquí en mi campo, dijo, yo, dentro de un año me comprometo a devolverte cien granos más iguales a mí".

   La hormiga siguió las indicaciones que le había dado el grano de trigo, lo sepultó y volvió al año siguiente a recoger la cosecha Se había cumplido la promesa.

   Dios ha dado la capacidad para que el matrimonio sea portador "del misterio de la vida" Jamás se podrá lograr este propósito si no hay amor, si no hay

   El documento de Puebla habla de cómo debe ser el amor de un matrimonio cristiano:

   "Es un amor irrevocable, exclusivo y fecundo hacia la persona amada, sin perder la propia identidad" (P 582).

   Es un amor sacrificado y a la vez glorioso en cuanto simboliza muerte, dificultades, contratiempos, fracasos?y resurrección: alegrías, satisfacciones, triunfos?de Cristo muerto y resucitado. "Esto que tengo de arcilla, esto que tengo de Dios" (Gabriel y Galán): es lo humano y lo divino que conviven en lo más profundo de nuestro ser.

   No hay amor sin sufrimiento, sin dolor, como tampoco hay resurrección sin muerte. El amor necesita de la prueba para crecer y madurar a fuerza de sudor, sacrificio y sangre; pero es necesario vivir en alerta continua para no desfallecer ante el cansancio, la división, la rutina, y dar la vida toda como lo hizo Jesucristo por la Iglesia: "Ustedes, los maridos, amen a sus mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella" (Ef 5.26). El amor debe ser total. "Corazones partidos, yo no los quiero, cuando yo doy el mío, lo doy entero" (versos castellanos).

   Dios es amor, Dios es vida. El amor de un hombre y una mujer serán más cristianos y más fecundos en cuanto más se unan a Dios. "El amor es una función con tres términos: el hombre, la mujer y Dios. Toda su perfección y su éxito están ligados a la armoniosa combinación de estos tres elementos?"(Teilhard de Chardín). El matrimonio cristiano necesita creer en Dios y acudir a él, en las alegrías y tristezas, en la salud y en la enfermedad: todos los momentos de su vida.

El comprometerse a darse vida, conlleva el amarse con todo el corazón, alma y fuerzas y estar dispuesto a morir cada día para que el otro tenga vida. 

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Comprometerse a darse vida