Cada vez son más las familias que acuden a nuestro centro agobiadas por que su hijo/a se distrae, no sabe concentrarse ni optimizar el tiempo, nos dicen. Siempre hago la misma pregunta ¿alguien le ha enseñado como se hace? La respuesta suele ser no o en el cole se supone que les enseñan.
Esto se puede convertir en una problemática en el entorno familiar, un estrés para el menor derivando en etiquetas, perjuicios y fracaso escolar.
Lo primero que le aconsejo es que intenten ver su pequeño mundo, son niños y niñas llenas de energía y somos nosotros los adultos los que los "obligamos" a permanecer en un aula seis horas de las 24 que tiene el día, los "obligamos" a ir a inglés, música y algún deporte y queremos que cuando llegamos a casa las tareas estén finalizadas en unos minutos. Tienes que ser independiente le dicen, y aprender a hacer tus ejercicios tu solo ¿no será papá o mamá que estamos cansados y que toda la energía que tiene nuestro pequeño un martes por la noche lo primero nos cansa y lo segundo nos agobia?
Es normal por el ritmo de vida y la autoexigencia que nos marcamos a nosotros mismos y a los pequeños, pero a lo mejor escuchándolos un poquito tengamos la solución. Hay numerosas actividades que no les gustan y a ellos les da igual que los lleves a clases de mates siempre y cuando aprendan jugando y estén motivados, esta es la clave de nuestro trabajo.
Esa y la seriedad, marcar tiempos y crear un respeto, que no miedo. Un clima de confianza donde puedan expresar preocupaciones o preguntar soluciones a los problemas de su vida diaria, pero siempre marcando el respeto personal y social, trabajando habilidades sociales y actitudes psicológicas.
No dejes a tu pequeño/a solo/a, escúchale porque seguramente no tenga tantas ganas de levantarse cuando está haciendo los deberes, pero si de llamarte la atención para que le ayudes a saltar los obstáculos que se va encontrando.
Pongamos nuestros oídos a su disposición y todo será mucho mas sencillo. Mi semanal beso para todos vosotros/as.
Edukas Centro Psicosocial by Maria Tamame Montero.