OPINIóN
Actualizado 16/02/2016
Isaura Díaz Figueiredo

Contemplo en la distancia el quieto mar,
amigo solitario,
alondra, colibrí,
flor mecida en la brisa,
tarde  con sabor a silencio,
entre espadañas y rejas,
recuerda
aromas a rayón
 que trae el céfiro gemir (...)
 
 (Isaura Díaz)

Asi podría pensar dentro  de su celda "la monjita negra"  Chicana, jovencita nacida en Africa, que a los diez años es arrancada de su tierra natal -África- y traída a "Las Españas" en un buque de la armada de Carlos II "el Hechizado". Llega a Sevilla, y como un animal raro se le entrega al rey. Vestía ricas ropas, y el cuerpo enjoyado, por lo que hizo pensar que era hija de un rey o señor poderoso de  lejanas tierras.
Chicana confirmó ser hija de rey de un país "La Mina Baja de Oro", a Carlos preocupado en otros menesteres, no parece interesarle el ejemplar exótico, y se la regala a su amigo  el marqués de Mancera, antiguo virrey de Méjico.
Su belleza hace que muchos hombres pidan su mano, ella con delicadeza rechaza la oferta, sufre intentos de asesinato, concretamente en el retiro de Madrid es acosada intentando violarla, cansada de luchar en un mundo hostil, decide ingresar en el convento. El marqués le concede la libertad, pero se encuentra que muchos monasterios le cierran sus puertas por ser de raza negra.
Llega 1704 y después de muchos esfuerzos consigue ser admitida en el Convento de la Penitencia (SA), donde entra bajo condiciones muy especiales. Los marqueses tuvieron que abonar tasas elevadas a las monjas que haciendo gala de su enorme caridad (eran otros siglos) no la admiten como novicia sino como sirvienta de monjas, siendo por ello apartada de estar con ellas en rezos y comidas. Le fue prohibido acostarse en la celda y tuvo que hacerlo en la enfermería, todo lo soportaba la santa negrita con resignación y humidad.
Una de las más  penosas tareas que se encontró Chicana fue tutelar a una monja endemoniada, que de continuo se quejaba de tener que ser cuidada por una negra. Un día que con gran humildad y misticismo "la Negrita" iba a peinar sus cabellos, la señora escupe en el peine y éste como hierro candente quemó el pelo de la mala mujer. Su extática beatitud va seduciendo al resto de monjas, admiradas de los ayunos interminables, en su boca no entraba bocado por pequeño que fuera, un día (como algo novedoso) le presentan  cholocate, casi se desmalla, posiblemente al percibir el aroma de su infancia, era generosa hasta extremos increíbles, como gran mística que fue: adoraba el sufrimiento en el Señor, su dolor era -su Amado-Su saliva y sus manos comienzan a hacer prodigios, los rumores de santidad o brujería pasan rápidos de boca a oreja en una Salamanca pequeña y pueblerina. Un día contemplan los habitantes charros, en plena Guerra de Secesión, como los enemigos portugueses han puesto cerco a la ciudad, instalando piezas de artillería en el entorno. Cañones resonando y habitantes buscando refugio. La joven Chicana sale a una ventana del convento, alza una estampa, y las bombas dejan de tronar, desviando la trayectoria.
Ya no hay duda de la santidad de "la negrita", incluso dicen qué llega a levitar.
 Hablar de su pueblo natal resulta imposible, ella dijo que vivió en aquellas tierras y allá tuvo un encuentro con Jesús, se presentó en forma de niño de piel blanca, y  promete ser su esposa. Amó a su divino marido, con esa misteriosa intensidad propia de místicos, deja escritos unos versos:


Ay Jesús, que diré yo,
Si os vais con otras
Que haré yo:
Clamaré, lloraré
Hasta ver a Dios
Y si no, y sino
Morir de amor
Y si estas con otras,
Yo ya lo he visto:
A Marta y a María las has querido (Hermana Chicana)

Sigue la leyenda contando que fue bautizada por unos angeles, junto al cauce de un río, en sus tierras natales. Los ángeles le llamaron Teresa y éste nombre lo confirmaría al llegar al Puerto de Santo Tomé.
Sor Teresa Juliana murió el 6 de diciembre de 1748.En el momento de expirar su piel se volvió blanca como el armiño, y la estancia se inundó de exóticos aromas.
Fue enterrada sin pompa ni ceremonia alguna en el claustro del convento, y no ante su sacramentado- como deseaba-
Pocos asistieron al sepelio. Luego de ser enterrada una gran multitud irrumpe en su celda disputándose los objetos personales, rompieron los rosarios  para llevarse sus cuentas, del habito hicieron jirones, estampas, y papeles fueron apresados por manos ansiosas de reliquias.
Asi terminó la vida de la monja Chicana, si visitan la Dueñas, conocido actualmente por éste nombre. Recuerden en el año de la Misericordia la  gran fe de Chicana, fue la primera escritora negra, en lengua castellana. Además le atribuyen el curar a niños con hernia
Una vez más desde la niebla, observo como el bardo está impresionado, relatando historias de una Salamanca que duerme entre siglos tras los muros del convento de la orden dominicana contemplativa.

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