- Mamá, ¿por qué nos persigue?
- Porque está muy alta.
- Pero viene con nosotros todo el tiempo.
- Sí, nos acompaña hasta casa y se queda allá arriba.
- ¿Y hasta cuándo se queda?
- Se va moviendo poco a poco. Y luego desaparece.
- Yo no veo que se mueva.
- Porque lo hace muy lentamente.
- ¿Y hacia dónde se va?
- Se va hacia el oeste, pero hoy vendrá con nosotros todo el viaje.
- A mí me gusta que nos acompañe.
- Y a mí también.
- Pero a veces no lo hace.
- Claro, a veces no. Pero hoy parece que nos va a seguir todo el camino.
- ¿Y por qué a veces no lo hace?
- Pues porque a veces se despista y sale en otros momentos. O simplemente no se la ve.
- Seguro que no se la ve porque se esconde.
- Sí, en cierto modo hay noches que se esconde.
- Es juguetona y se esconde.
- Sobre todo cuando hay nubes no la podemos ver. Pero hoy, con este aire, todas las nubes se han ido y nos iluminará todo el camino.
- ¿Y por qué da luz?
- En realidad no da luz, la refleja como un espejo.
- Pero si no es un espejo. Yo no me puedo ver en ella.
- No he dicho que sea un espejo. Con la luz funciona como un espejo: refleja la luz del sol cuando aquí es de noche.
- ¿Y el sol dónde está?
- El sol ahora mismo está muy lejos. Ilumina América, donde está tu hermana.
- ¿Y allí es de día?
- Sí, allí todavía va a ser de día unas cuantas horas más.
- ¿Y mi hermana no puede verla?
- Ahora mismo no, pero dentro de unas horas, si donde está ella no hay muchas nubes, seguro que la puede ver.
- ¿Y verá la misma?
- Sí, claro, solo hay una.
- Pues tu dices que va lenta, pero viaja muy lejos.
- Es cierto, como está tan alta se la ve desde muchos lugares.
- ¿Y no se cae?
- No, no se cae. No te preocupes.
- Si no me preocupo. Me gusta verla.
- Anda, acomódate y vete durmiendo, que cuando lleguemos tu padre te llevará hasta la cama.
- Vale, pero quiero mirarla un rato. Hoy parece una sonrisa.