No seas títere, sé actor principal. Sé guionista de tu propia historia, produce tu vida, actúa y elige qué personajes quieres que aparezcan y cuáles no. Decide la vida que quieras tener, escribe el guión y si hace falta, improvisa.
Tú eres el actor de tu película, disfrázate de ti.
Felices carnavales y... ¡a quererse mucho!