OPINIóN
Actualizado 06/02/2016
Eusebio Gómez

En la ciudad filipina de El Salvador, situada en la isla de Mindanao y perteneciente a la provincia de Misamis Oriental, se encuentra un santuario que sirve como lugar de peregrinación para los devotos de la Divina Misericordia. Por este motivo la ciudad es conocida como La Ciudad de la Misericordia (The City of Mercy). El santuario tiene una estatua de Cristo de 50 pies de altura (15.24 metros) es la más grande de Asia.

Para nuestro mundo y nuestro entorno, donde reina la violencia, el rencor, el resentimiento y la cultura de la muerte, está bien el mentalizarnos para ser misericordiosos, a implorar siempre el perdón de Dios y a impartir generosamente el perdón que recibimos de él y a practicar con generosidad obras de misericordia.

  No siempre es fácil entender correctamente la palabra misericordia, ya que puede ser un lenguaje ambiguo y, por otra parte, tiene varias partes. El misericordioso, en primer lugar, es aquel, necesita llevar esos sentimientos a un compromiso práctico y, por fin, tendrá que ver cuáles son las causas concretas de ese sufrimiento.

  Cuando se habla de que Dios es amor y misericordia, no faltan personas que recuerdan: "sí, pero antes es justo".  Son como Jonás que se enfada porque Dios es misericordioso, él está convencido de que se ha equivocado.. Estas personas son buenas, como lo era Jonás, pero este judío no puede soportar que los pecadores se puedan salvar y le pide a Dios que le quite la vida (Jn 4, 1). Lo más grande de este libro es, precisamente, ver la misericordia de Dios que es más grande que la pequeñez y esctrechez de miras de Jonás.  (esto está en el segundo artículo de Dios misericordia).

  El Señor ten misericordia del principio de la misa, puede ser una petición donde se implora el perdón de los pecados o la curación de los enfermos. Ha de entenderse, también, como una confesión de fe y una petición de ayuda.

El papa Francisco afirma en su bula de indicción del Año Santo de la Misericordia: "Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret".

 La misericordia, el amor y el perdón son temas antiguos y siempre nuevos. El hombre de fe pide con insistencia la misericordia de Dios, porque se siente pecador, débil.

Dios es misericordioso, ama a cada ser humano y como conoce su corazón, por eso lo llena de su amor y perdón.

  Ante la realidad dramática de la historia de la humanidad: hambre, guerras, violencia? el ser humano se pregunta sobre la misericordia de Dios. Ante este panorama la Biblia nos recuerda siempre el mismo estribillo: Dios es compasivo y misericordioso, Dios es amor y perdona. Y esto pertenece a la forma  de expresarse y actuar en el mundo.

La palabra misericordia ha sido un tanto olvidada en los estudios de la teología y en los documentos de la iglesia. Han sido los últimos papas desde Juan XXIII los que nos han hablado ampliamente del misterio de la misericordia, revelado en Cristo Jesús.

  La palabra misericordia tiene que ver con miseria y corazón. El que tiene misericordia pone su corazón en la miseria en el que sufre y actúa en su favor. De una persona misericordiosa decimos que tiene entrañas. Hay muchas otras palabras que tienen relación con misericordia como: compasión, ternura, clemencia, empatía, altruismo, amistad, cariño, cordialidad, dulzura, simpatía, filantropía,  justicia, libertad, paz, solidaridad, tolerancia penitencia, piedad, sanación.

  La misericordia es una forma de amar, pero el amor no se agota en la misericordia. El ideal del amor cristiano no es la misericordia. San Agustín tiene un texto iluminador a este respecto: "No debemos desear que haya pordioseros para ejercer con ellos las obras de misericordia. Das pan al hambriento, pero mejor sería que nadie tuviese hambre, y así no darías a nadie de comer... Quita los indigentes y cesarán las obras de misericordia. Cesarán las obras de misericordia, ¿pero acaso se apagará el fuego de la caridad?".

  El misericordioso perdona, pero el perdonar no significa que no se pueda exigir el cumplimiento del deber. En nombre de la misericordia no pueden los padres dejar de corregir a sus hijos, ni se debe abandonar la justicia y los derechos humanos, ni se puede ocultar la verdad. La misericordia no puede ser una excusa para no cumplir los compromisos.

  "Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos" Martin Luther King.

El miércoles día 10 de febrero comienza la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza.Es un tiempo propicio para creer en la misericordia de Dios y practicarla con los hermanos. "Conviértete y cree en el Evangelio"

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