No hacía falta ser un lince para adivinar que la reunión celebrada entre el PP y Ciudadanos para examinar el pacto que facilitó la quinta investidura de Juan Vicente Herrera concluiría constatando lo evidente: Ambos están encantados de conocerse.
Por parte del PP, se comprende sobradamente. Sin haber tenido que realizar concesión alguna, gracias al partido de Albert Rivera sigue gobernando en Castilla y León exactamente igual que en sus 24 años triunfales de mayoría absoluta. A tal extremo llega la complacencia de C's que ni siquiera se ha sentido obligado a exigir responsabilidades políticas por la incesante cadena de desaguisados en la consejería de Sanidad. "Poner otro consejero que haga lo mismo no es la solución", argumenta el diputado Pablo Yánez, quien acaba de pisar moqueta y ya nos toma a todos como perfectos imbéciles.
Yáñez actuó ayer de portavoz de los representantes del partido naranja en la comisión de seguimiento del pacto, formada con él por el portavoz parlamentario, Luis Fuentes, el nuevo delegado autonómico del partido, Miguel Ángel González Rodrigo, y el procurador salmantino David Castaño, el sobrino de su tío Juan, aquel que fue diputado nacional del CDS y acabó de hoz y coz en el PP. Se esperaba que González Rodrigo, recién ascendido al máximo cargo orgánico del partido en la comunidad, rompiera a hablar, desmintiendo a quienes le han bautizado con el apelativo de "El mudo". Pero habrá que esperar mejor ocasión.
Donde ha habido ostensibles cambios ha sido en la otra parte contratante. Del cuarteto de postín que negoció con Ciudadanos el acuerdo de investidura solo permanece en la comisión de seguimiento el propio Herrera. El secretario autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, y los vicesecretarios de Organización, Antonio Silván, y de Acción Política, Rosa Valdeón, han desaparecido de escena.
Se entiende que Mañueco y Silván tienen mucho que hacer en sus respectivos ayuntamientos. Pero Valdeón es la vicepresidenta de la Junta, que aparece representada en esa comisión por el consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago, y su viceconsejera Marta López de la Cuesta. Y completa el nuevo cuarteto el portavoz parlamentario, Carlos Fernández Carriedo, que ya se sabe que vale igual para un roto que para un descosido. En resumen, un ninguneo más (y van unos cuantos) a la teórica número dos de la Junta.