OPINIóN
Actualizado 19/01/2016
Charo Alonso

A mí estos nuevos aires como que me gustan? pelos con rastas, niños de teta, políticos sin corbata, deslenguadas malencaradas hablando de sobacos. La vida misma, vaya? claro que ahora hay que dejarse de circos y empezar a trabajar, dejarse de gestos para la galería y arremangarse? y aprender que, una vez mostrado que hay diferencias, ahora todos deben remar a la vez, los de la casta y los de la rasta? y eso, eso me temo es más difícil que provocar la foto, la polémica y hasta la guerra mediática.

   Al pobre bebé acunado por la izquierda alternativa le van a recordar siempre que fue debate nacional antes de echar el primer colmillo, y las cosas como son, aunque me gusta el gesto de mostrar que las mujeres tenemos el derecho de amamantar ?que no el deber, oigan- una se parte de risa porque su señoría madre tiene posibles para pagar cuarenta canguros y hasta guardería en el hemiciclo, con lo cual, poco tiene que defender porque no le hace ninguna falta.

   Madre monoparental y alejada geográficamente de la familia, mis circunstancias con el bebé rechoncho fueron harto difíciles. Pagué guarderías, cuidadoras con la que no estaba de acuerdo y hasta me llevé a la criatura a evaluaciones y reuniones en las que la pobre, dormía como una bendita o emborronada papeles. Eran casos de extrema necesidad porque no contaba absolutamente con nadie, pero nunca en la vida se me ocurrió llevármela a clase, aunque ganas no me faltaban, habida cuenta de que, en ocasiones, la cuidadora me daba más miedo que otra cosa. Vamos, que he sido una madre siempre al borde del colapso nervioso, eso sí, cumplidora y puntual donde las haya, siempre apresurada y siempre capaz de apañármelas? ya quisiera yo haber tenido los haberes de su señoría y la guardería en el mismo trabajo, y como yo, todas las mujeres que conozco que coleccionan multas porque aparcan en la misma acerca para acercar a sus retoños con urgencia a la guarde y salir corriendo a trabajar a unos cuantos kilómetros? Vamos, que lo nuestro es estar todo el día con el corazón en la boca, confiando en que no te llamen del colegio diciendo que la criatura tiene fiebre, se ha cagado, le ha brotado la varicela o ha mordido a un congénere, porque entonces tienes que dejar el trabajo precipitadamente, arreglártelas como puedas con tu jefe y salir pitando para comprobar que sí, que el niño arde de fiebre ?a urgencias inmediatamente-, que no se ha hecho nada y ha sido un mal aire o que le ha arrancado la oreja a la criatura de al lado, que, a su vez, le ha arañado en un ojo. Vamos, que una madre apresurada cuando se mete en la cama no es para tener una conversación erótica ni siquiera cordial con su pareja, sino para quedarse frita preguntándose cómo ha sobrevivido a tanto despropósito y gracias si tiene compañero de avatares, que esa es otra.

   En fin, que muy mona la criatura en el congreso haciendo ver que las madres necesitamos conciliar. Lástima que a esta madre no le haga ninguna falta, hay algo un poco exhibicionista en pedir un derecho que no necesitas de ninguna manera, pero de todas formas, no está mal un poco de espectáculo y que luego, el bebé, se las apañe cuando lo recuerde. Qué mami más friki?

Charo Alonso

Fotografía: Fernando Sánchez Gómez

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