VI
Cómo decirlo, dices
tantas veces. Cómo decirlo, asustada
tu lengua de poder traspasar
la densa, clandestina frontera
que separa el territorio
de los hombres ?sólo
deseo y sombras? y de los dioses.
Lengua asustada de poder
reunirlos y engastar uno
en otro, Teresa, como se engasta,
ardoroso, el viento, hoy, en la encina
de enfrente y la cubre de abrazos. ¡Cómo
decirlo...! Cómo pintar
con las palabras lo que la carne
siente cuando Él la posee con un beso
y nos incendia y extasía.
Cómo decirlo... y sin embargo
habla tu boca libertadora y abre
los ojos de quienes mendigamos luz,
ardor y claridades y no mármoles
de Carrara y catedrales y Glorias
de Bernini para escalar
un cielo tan sólo de cúpulas de oro
y de leyes que Él no habita,
sino en las claras oquedades
de la carne.
Pero cómo decirlo
con voces de silencio y arrebato. Y no
con los horrísonos gritos, ensoberbecidos
de los tronos, dominaciones,
bulas, potestades. Y menos
infectando su Voz ?sólo rumor?
con nuestras voces de pájaros
de mal agüero, tan de pluma.
(Y más las de los cetros y palacios,
tan de barro.) Sólo eco somos. El
rumor del viento que recorre
el viejo camino
del Verbo hacia la carne
donde hizo morada. Y mora
todavía en otras carnes, andrajosas,
pútridas, heridas.
Ahora
tú, Teresa, con tu dardo
enrojecido inviertes la dirección
de la senda y peregrinas
la carne entera y su alborozo
para arrancar, en rauda travesía,
un resquicio de luz a su Semblante.
Cómo decirlo, dices. Y yo
tiemblo contigo en tus temblores:
nada vale todo lo que hablamos: juego
de niños, balbuceos, bucles
de retórico artifi cio para la improbable
aventura de ascender estos ojos
de tierra, indóciles, pesados,
a la altura del Viento. Para rastrear
el rastro de su Rostro, entreabrir
la puerta oscura del Castillo.
Nada
vale todo cuanto hablamos: nunca,
ninguna palabra será dicha
por nadie que mida exactamente
la estatura de la Luz. Siempre
fulgirá el misterio.
Pero, ¿cómo
no bailar la música que suena
entre los dedos y arrastra
los pies tras la armonía
dulce de esa Arpa?
Baila, dilo, Teresa