ECONOMíA
Actualizado 15/01/2016
Redacción

Los mayores aumentos en el año se produjeron en los alimentos y bebidas no alcohólicas y las caídas en los productos energéticos

La inflación cerró 2015 con una tasa del 0% frente al -0,3% registrado en noviembre. Este repunte se debió al menor descenso de los carburantes en comparación con el año anterior. De esta forma el INE confirma el dato adelantado hace unas semanas y muestra una estabilidad de los precios en diciembre que sirve para romper la tasa negativa que se inició en agosto. De hecho, la tasa de IPC se sitúa en el nivel estimado por el Gobierno. Eso sí, esta remontada final no impide que la inflación media del año sea negativa (-0,5).

Los elementos que más contribuyeron a la subida interanual son el transporte, que aumenta su tasa casi dos puntos hasta el -2,8% debido, en su mayoría, a que este mes los precios de la gasolina han bajado menos de lo que lo hicieron en diciembre de 2014. También influyó la vivienda, con una variación del -2,3%, tres décimas superior a la de noviembre, causada por el menor descenso de los precios del gasóleo para calefacción comparados con el mismo periodo del ejercicio anterior.

Otro de los productos que influyeron en la subida de precios fueron los alimentos y bebidas no alcohólicas, con una variación del 1,8%, una décima más que el mes anterior. Destacan en esta evolución la disminución de los precios de las frutas frescas, menor que la de 2014, y la subida de los precios del pescado fresco.

Descenso de legumbres y hortalizas

Por contra, el ocio y la cultura se situaron entre las rúbricas que más descendieron al situarse en el 0,2%, lo que supone cinco décimas por debajo de la del mes anterior, a consecuencia de la bajada de los precios de la prensa y revistas, -aumentaron en 2014- y de la subida de los precios de el viaje organizado. Asimismo, también destaca la bajada de los precios de las legumbres y hortalizas frescas, frente al incremento registrado en diciembre de 2014.

Si se analiza qué productos de la cesta de la compra más se han incrementado en 2015, el primer puesto es para los alimentos y bebidas no alcohólicas, con una variación del 1,8%. Le siguen el tabaco y las bebidas alcohólicas (1,3%) y los hoteles, cafés y restaurantes (0,9%). El mayor descenso se ha producido en los carburantes (-10,6%), seguido de los productos energéticos (-7,5%).

Los datos del INE también reflejan que la tasa de variación anual del IPC armonizado -homogéneo en toda la UE- se situó en diciembre en el -0,1%, tres décimas por encima de la registrada el mes anterior. Además, la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) disminuye una décima, hasta el 0,9%, pero se sitúa casi un punto por encima de la del IPC general. Precisamente, este dato es el esgrimido por el Gobierno para relativizar las tasas negativas que se han registrado durante casi todo el año. De hecho, sólo junio y julio han tenido un índice positivo (del 0,1% en ambos casos).

Valores positivos

En cualquier caso, el Ministerio de Economía ha negado durante todo el año la posibilidad de que hubiese una deflación y ha achacado la caída de precios al abaratamiento del petróleo y no a un descenso generalizado en el resto de productos que conforman la cesta de la compra. La previsión del Ejecutivo es que la inflación aumente en los próximos meses y se mantenga en tasas positivas durante todo 2016. El Banco de España estima que los precios acabarán este año en el 1,5%.

El Ejecutivo ha reiterado que la baja inflación ha sido beneficiosa para los trabajadores, que han ganado poder adquisitivo. Algo similar ocurre con los pensionistas, con una revalorización de su pensión un 0,25% para 2016 -el mínimo que marca la ley-. Además, desde Economía siempre han resaltado que un inflación baja favorece a las empresas españolas y les permite ganar competitividad frente al resto de compañías europeas, algo que beneficia las exportaciones dentro de la zona euro, donde se encuentran los principales socios comerciales.

Una opinión que no convence a los sindicatos, quienes ven en la evolución del IPC signos de que la recuperación es todavía débil. En este sentido, piden elevar los salarios de los trabajadores para impulsar el consumo. De hecho, desde las centrales recuerdan que mientras la economía crecerá este año por encima del 3% los salarios regulados por convenio apenas lo hicieron un 0,7% el año pasado a pesar de que el acuerdo con la patronal preveía una subida de hasta el 1%. Además, recuerdan que en 2016 el incremento pactado es hasta el 1,5%.

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