OPINIóN
Actualizado 11/01/2016
Enrique de Santiago

En el 34, la izquierda intentó un golpe de Estado con fulcro en Cataluña y con un resultado nefasto, si bien fue el prolegómeno y la incitación del que más tarde dio, en el 36, Franco y que la izquierda animaba, ya que consideraba que lo reprimirían sin problemas y ganarían la guerra que se inició, no hay más que revisar las soflamas guerra civilistas de la izquierda de la época: el asesinato del jefe de la oposición por los cuerpos de seguridad del Estado, la segura victoria contra la derecha, etc.. 

            Algo parecido se puede vislumbrar en el panorama actual con un gobierno timorato que pretende tomar medidas de excepción de forma extemporánea, que se le ha ido de las manos el problema, con una izquierda que  no es capaz de asumir el rol de defensa de la patria que le corresponde o incluso radicaliza los mensajes disruptivos.    

            No cambies la ley deprisa y corriendo cual pollo descabezado. Lidera la situación, explica lo que harás, aúna las fuerzas y, sin miedo, aplica la Ley.

            Por otro lado, revisando la historia, también se observa cómo, en el panorama internacional, un Estado inicia una guerra expansiva, xenófoba, cruel y lobotomizadora de todo aquel que no es de la causa, de forma que Hitler utilizando la democracia accede al poder, lo somete, e inicia una dictadura asesina que extermina a unos y subyuga a otros, ante la melindrosa actuación internacional que potenciaba las relaciones comerciales con el fascista, a la par que lo criticaba políticamente, sin dar un paso antes sus desmanes.

            Algo parecido se observa en el panorama internacional con el Estado Islámico con el que se mantienen relaciones comerciales, se le venden armas, se apoya a países que lo sostiene económicamente, se critica su actuación, pero no se toman medidas efectivas en el ámbito económico y, menos aún, en el único que entienden que es el militar.

            No perdamos el norte, ayudemos a los que huyen, eliminemos los apoyos directos e indirectos que económicamente reciben los asesinos y utilicemos el ejército, que no está para mandar flores. No permitas que el miedo al "no a la guerra" te impida tomar las medidas que corresponden en este momento, pues ya conoces el resultado.

La historia, la lengua, la literatura son asignaturas que se han ido reduciendo en los planes de estudios, se han manipulado políticamente, se les ha restado importancia y se ha escondido en el desván, desconociendo tu pasado, desdeñando los valores, apartando la sabiduría que en la experiencia se encuentra y, de ese modo, el resultado es una sociedad que repite sus errores, que se precipita en sus calamidades.

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