OPINIóN
Actualizado 08/01/2016
Marta Ferreira

Hace unas noches cumplí una tradición anual, ver la maravillosa película "Tal como éramos", una cinta que te sumerge en recuerdos de tiempos pasados, quizá mejores, añorados tal vez y vistos desde la nostalgia de lo que pudo ser y no fue pero también desde la esperanza de que la vida continúa y de que el fracaso no es un freno a la consecución de metas diferentes, tal vez mejores.

Acabamos de comenzar el año, todo por hacer. Todo por cumplir. Yo hace tiempo que dejé de pensar con tristeza en aquello que no había conseguido o en lo que de alguna manera hubiese supuesto  un fracaso para observarlo con objetividad, quedándome con lo que había aprendido de esas experiencias, que en principio parecía que no habían conducido a nada, para descubrir, gratamente sorprendida, que cada uno de esos tropiezos eran escalones de mi historia, y que cada peldaño que había superado me conducía hacia lo que estaba construyendo, haciéndome fuerte, ayudándome a encontrarme a mí misma y colocando cada cosa en su lugar.

Yo jamás diré que no se mire hacia atrás, porque hay que hacerlo, porque como hacen mis queridos personajes de la película, hay recuerdos que merece la pena conservar en la memoria. A mí me gusta recordarme hace ya casi quince años, cuando comencé la carrera, tan niña, tan inocente, tan lejos?o cuando hace ya casi siete años emprendí mi aventura catalana y superé obstáculos inesperados y decepciones incalculables?no me importa mirar al pasado, de hecho me reconforta. Todo aquello que quedó lejos me ha traído a donde estoy y no podría desear cosa distinta.

El año que hemos abandonado ha sido un buen año, el mejor desde hace tantos que ni me acuerdo, pero no  porque haya sucedido nada especial, es porque todos los que no recuerdo con tanto cariño han ido sembrando lo que ha querido florecer en este, sin más. La que hoy escribe mira hacia atrás y se reconoce en sus distintas etapas, en sus variadas historias, en todo lo que ha vivido y las mira con cierta nostalgia, con esa ligera melancolía de saber que ya no es tan niña, ni tan inocente, ni tan joven,  pero no le importa porque mira al futuro, al mañana con esperanza y con optimismo, con alegría y con fuerza,  porque en esencia tal como era es y si Katy le preguntó a Havel "¿verdad que fue maravilloso? , yo afirmo que vivir es maravilloso.

¡Feliz año!

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Tal como éramos