Seguramente a muchos os habrán traído los Reyes Magos un CD o vinilo de ese artista o grupo favorito y que simplemente el hecho de escucharlo ya es un disfrute para vuestros oídos. Pero si os paráis a escuchar todo lo que sucede en esos archivos sonoros, seguramente saquéis una sensación mucho más aproximada de lo que es el proceso de grabación y edición musical.
Está claro que un CD de música no suena igual que otro. El artista/grupo o en su caso el productor musical ha querido dar una mayor relevancia a ciertos matices que ,ya desde el estudio de grabación, ha estado cuidando con suma delicadeza. Puede ser un sonido de guitarra concreto, la profundidad del bajo o el plano de la voz.
Si nos fijamos en todos esos matices, que están ahí, podemos observar la complejidad que conlleva sacar un disco al mercado. No solo el tratamiento compositivo es muy importante sino también el tratamiento de las frecuencias en la producción.
Últimamente hay una moda que consiste en lograr graves con mucho cuerpo y mucha pegada sin que lleguen a sobresaturar la pista o a ensuciar la mezcla, lo podemos encontrar en la actual música de discoteca, tipo electrónica o club dance/house y es ahí donde cada productor explora los límites del oído humano y de los programas de edición.
Los envolventes acústicos y espaciales son también factores que se cuidan extremadamente en la mezcla, ya que son los que nos van a dar ciertas sensaciones en su escucha, por ejemplo, como si estuvieran tocando para nosotros en nuestro salón o, por el contrario, algo más destinado a sonar en discotecas, factores que harán que nos adentremos más o menos en la música que suena.
Hay que tener en cuenta algo que es un verdadero dolor de cabeza para quienes intentamos lograr el mejor sonido posible en las mezclas, y es que no todos los equipos dan una misma definición musical, es decir, el espectro con el que trabajos en el estudio es amplio, el mayor audible posible, pero a la hora de escuchar la mezcla en un equipo HiFi cambiará sustancialmente, imaginaos en unos cascos. Por eso no es de extrañar que si escucháis un mismo disco en diferentes equipos o, al menos, con diferentes altavoces, podáis "notar" algo que aparentemente antes no estaba, al resaltarse ciertas frecuencias o atenuarse otras.
No obstante, comenzar el año disfrutando de la música es algo altamente recomendable, así que, sea donde sea, no dejéis de hacerlo.