OPINIóN
Actualizado 03/01/2016
Manuel Lamas

"Mi formación como persona se ha tejido con las ideas de autores que descubrí recorriendo los pasillos de la librería Cervantes. Antes no existía internet, y me encantaba consultar las referencias de las obras"

Con tristeza, he leído en SALAMANCArtv AL DÍA la noticia de cierre de la Librería Cervantes. Hablar de Cervantes, en Salamanca, es referirnos a la librería más importante de la ciudad, y un pilar destacado de nuestra cultura. Inevitablemente, pienso en algunas personas y entidades que ya no están con nosotros, y que tanto beneficio aportaron a la ciudad.

He querido rememorar esas pérdidas y me viene a la memoria "El Adelanto" diario de Salamanca, donde personas insignes, como Don Miguel de Unamuno, sembraron sus ideas, en unos tiempos en los que, la libertad de expresión, no gozaba de buena salud.

No puedo olvidarme de su director, Don Enrique de Sena, gran comunicador, y excelente compañero de trabajo, durante el tiempo que presté servicios en la administración del citado diario. Recuerdo que publicaba mis columnas sin conocer el nombre del autor. Hector era mi seudónimo. No quería privilegios por razón de amistad. Pero publicó todo lo que envié. Una gran pérdida para la ciudad, porque nos dejó muy joven.

Recuerdo, asimismo, del emblemático edificio del "GRAN HOTEL", sólido y hermoso, mostraba con orgullo su pasado. Intereses, poco claros, pudieron más que el sentido común. Hubo que destruir, parte de nuestra historia urbana, Dios sabe por qué razones.

Hoy es la Librería Cervantes quien anuncia su cierre. Siento, con ello, mayor tristeza. Quizá  porque, en ese establecimiento, he comprado la mayor parte de mis libros. Mi formación como persona, se ha tejido con las ideas de autores que descubrí recorriendo sus pasillos. Antes no existía internet, y me encantaba consultar las referencias de las obras, sosteniendo en mi mano el volumen que, momentos después, ocuparía un lugar privilegiado en mi biblioteca.

Pero, tengo otras razones para entristecerme. La pérdida de empleo no es buena noticia. Más aún, el empleo de personas que han ofrecido sus mejores años atendiendo a los salmantinos.

Triste final para una empresa que apostó por la cultura. Se van los mejores, no hay duda. En este mundo deshumanizado, solo apreciamos la rentabilidad que procuran nuestros actos; como si la cultura y la educación, fueran cuestiones de menor calado.

Ciertamente, los valores que otorga la cultura están en declive. De nada sirve nuestro vasto patrimonio cultural si lo dejamos dormir en los museos. Tenemos que beber la cultura; nutrirnos de ella porque, ese brebaje, será quien nos enseñe los caminos del orden; aquellos que nos llevarán por vías seguras para hacernos mejores personas.

Hoy, la expansión del conocimiento, elige los caminos del aire. Es la realidad virtual el caballo de nuestro tiempo. Pero, atrás que la historia, como soporte de lo que ahora somos y tenemos. Librería Cervantes, seguirá ocupando un lugar privilegiado en el mundo de las letras y, tambíen, de la historia cultural de Salamanca.

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