OPINIóN
Actualizado 02/01/2016
Ana Garmendia

Cuentan que aprendí a leer con tan sólo cuatro años, la verdad es que desde que tengo memoria he tenido la nariz en algún libro. Inculcarme el hábito y el placer de la lectura con el ejemplo es el mejor regalo que me han hecho mis padres, mi madre y mi abuelo a quienes recuerdo siempre del mismo modo, levantando de vez en cuando los ojos de sus páginas para controlar qué hacíamos. Y desde esa temprana edad no he parado. No me avergüenza ni me apena decir contra lo que algunos piensen que probablemente los cuentos, los libros, son mis amigos más antiguos y más fieles. No sustituyen el contacto ni el afecto humanos, pero en ellos he encontrado personajes que han marcado profundamente mi historia, que han acompañado mi soledad, amigos con los que he vivido aventuras, recorrido caminos y pasado ratos inolvidables, con los que he crecido, gozado, disfrutado, llorado, pasado miedo, frío, hambre, angustia? y muchas noches en vela intentando mantener los ojos abiertos mientras el corazón, en vilo, no podía dejar la historia a medias, la excusa de no parar hasta acabar un capítulo, y luego otro y otro con la que acababa dormida con el libro en el regazo y la luz encendida. Cuentos, novelas de aventuras, bestsellers, grandes clásicos, antologías, relatos históricos o de crítica social, ensayos, libros sobre materias concretas que me han interesado? el gusto por la lectura me ha hecho más libre, más independiente para poder buscar y satisfacer mi mucha curiosidad por temas que no te explican o que inexplicablemente te interesan, narrativas que te evaden y te transportan, personajes que te obligan a reflexionar y te ayudan a ver la realidad con otros ojos?

No sabría hacer una lista de mis preferidos pues muchos cuyos títulos he olvidado pero cuyas historias forman parte de mi historia serían injustamente omitidos? cada uno, cada página, la he vivido en un momento concreto, entrelazándolas con mi vida en una composición hermosa que no sabría desgranar con unos pocos títulos porque cada personaje, cada reflexión, cada palabra forma parte de mi equipaje más valioso, de mi yo más auténtico.

Desde aquí animo a todos a retomar el buen hábito de la lectura con algún libro (del tipo que sea) con la sola indicación de que vayan con cuidado, "leer perjudica gravemente la ignorancia" y te puede cambiar la vida? pero, como reza la fotografía, "vivir sin leer sería vivir sin vivir". 

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