Entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2015 se registraron en la provincia 129 ataques de lobo y 31 de perros asilvestrados
De los ataques que se producen solo son registrados una tercera parte, bien porque el ganadero encuentra los restos días después de la muerte del animal, bien porque cuando se trata de fincas de gran extensión, el ganadero desconoce el suceso | Infografía: M. CORRAL |
ATAQUES DE LOBO Hasta el 30 de noviembre, en el conjunto de la provincia de Salamanca, desde el 1 de enero al 31 de noviembre de 2015 la Junta de Castilla y León había registrado un total de 129 ataques de lobo y 31 de perros asilvestrados. Los daños de los ataques de lobo se traducen en 314 cabezas de ganado muertas repartidas en 49 de bovino, 228 de ovino y 26 de porcino. Comarca de Vitigudino Los ganderos de la comarca de Vitigudino han sido en este último año los más damnificados con un total de 54 ataques de lobo. Hasta el 30 de septiembre el número de siniestros era de 49 con 164 cabezas de ganado muertas en Ahígal de los Aceiteros, Bañobárez, Cerralbo, Lumbrales, Olmedo de Camaces, San Felices de los Gallegos, Sobradillo, Bogajo y Valderrodrigo. Entre ellos sobresalen los 14 siniestros en Bañobárez, 9 de Ahígal de los Aceiteros y Olmedo de Camaces, y 6 en Sobradillo. Esta situación contrasta con los ataques registrados en esta zona años anteriores: en el 2013, 2 en Ahígal de los Aceiteros y Sobradillo; y en el 2014, 9 ataques, 5 de ellos en San Felices de los Gallegos. Datos facilitados por la Junta de Castilla y León a SALAMANCArtv al Día |
Aunque se encuentre ya de forma permanente en tierras salmantinas, el lobo vuelve hacer acto de presencia en lugares donde tiene difícil su supervivencia. El conflicto de esta especie con el hombre es algo que se remonta a los orígenes de la humanidad, el carácter depredador de ambos les ha llevado a una constante lucha por la supervivencia que después de varios millones de años ha sido imposible resolver.
Amado por unos, y odiado y perseguido por otros, el lobo se ha convertido en los últimos cincuenta años en la especie que más controversia ha sembrado en la sociedad, especialmente entre los habitantes del medio rural y los residentes en las grandes ciudades, ambos con prioridades y necesidades bien distintas, lo que ha motivado la aparición de planes de gestión que resuelvan el indisoluble trance entre el hombre y el lobo, y que en el caso de este último, le llevó a casi su total desaparición de la Península, con escasas poblaciones al norte del río Duero que han conseguido recuperarse vertiginosamente gracias a su gran instinto de supervivencia.
Considerado como especie cinegética al norte del Duero y protegida en la parte sur, en los últimos años cada vez resulta más frecuente la aparición de individuos en zonas de escasa o nula tradición lobera. La comarca de Vitigudino y la zona de Topas, en la provincia de Salamanca, son testigos de su expansión hacia territorios que intenta colonizar para asentar nuevas poblaciones, un hecho que debe interpretarse como un acto de supervivencia de la especie, siempre en constante amenaza y acostumbrado a competir e incluso con sus congéneres.
Tras apariciones espóradicas en varios puntos de la provincia durante la última década, todo apunta a que el lobo ha regresado para quedarse de forma definitiva.
Depredador selectivo
Al contrario que depredadores oportunistas como el zorro; el lobo es selectivo, pero a la vez, inteligente, astuto y dotado de un fino sentido del oído y un potente olfato, lo cual dificulta en gran medida su caza requiriendo un gran conocimiento del terreno y de sus hábitos. Desconoce los límites impuestos por el hombre, su actividad depredadora la despliega mayormente en las primeras horas del alba y desconfiará de cualquier circunstancia anómala que perciba.
Ataques al ganado
La llegada de lobos a un territorio con escasa tradición lobera suele desencadenar un alto conflicto por los graves daños que genera en explotaciones que no se encuentran preparadas para afrontar la presencia de este depredador.
A medida que se afianza en su nuevo territorio, los ataques se producen de forma más continuada, lo que origina que poco a poco admita una mayor presencia del hombre hasta el punto de realizar ataques a plena luz del día.
Como depredador selectivo que es, su naturaleza le lleva a realizar ataques sobre aquellas presas que considera más fáciles de cazar, por lo que una vez que ha tenido la experiencia con ganado, buscará de nuevo la pieza que apaciguó su instinto de presa de una manera más sencilla que un animal silvestre.
Su presencia en zonas ganaderas provoca serios conflictos, como está sucediendo en la comarca de Vitigudino, espacio con una gran carga ganadera en aprovechamiento en extensivo y que complica la aplicación de medidas preventivas para evitar los ataques. Los daños del lobo no se limitan a las cabezas muertas, a ellas hay que sumar la reducción de la producción por estrés y los gastos para curar las cabezas heridas, que finalmente mueren.
La Junta redobla esfuerzos y modifica el mapa zonal para reducir el número de ataques Los ganaderos consideran que la presencia del lobo no es compatible con la ganadería en extensivo y que las medidas propuestas son ineficaces Ante los constantes ataques que están sufriendo los ganaderos de los municipios de la zona del Abadengo, en la comarca de Vitigudino, el pasado 22 de diciembre técnicos de la Dirección General del Medio Natural mantuvieron un encuentro en Lumbrales con representantes de ganaderos y organizaciones profesionales agrarias para informales de las actuaciones llevadas a cabo al objeto de reducir el número de siniestros. En este sentido, los técnicos de la Administración autonómica anunciaron el refuerzo de la patrulla del lobo actual con dos agentes más de la Reserva de Caza de las Batuecas, así como de otras provincias si resultase necesario. Asímismo, los responsables de Medio Ambiente solicitaron la colaboración de la población para la localización de ejemplares de lobo en la zona y así intentar una mayor eficacia en las labores de control que se llevan a cabo, hasta ahora infructuosas en esta zona, pues el lobo abatido en Puerto Seguro (comarca de Ciudad Rodrigo) en mayo pasado, pertenecía a una población distinta a la que causa los ataques en la comarca de Vitigudino, como se ha demostrado. A este respecto, explicaron que desde finales de septiembre la patrulla de control del lobo cuenta con un nuevo precinto para abatir otro ejemplar, aunque como pusieron de manifiesto los ganaderos, las medidas han resultado insuficientes. Asimismo, informaron que la mayoría de los daños ocasionados hasta la fecha han sido ya abonados a los ganaderos, a la vez que indicaron la idoneidad del seguro que a partir de abril contratará la Junta para indemnizar a los ganaderos, medida que tendrá como principal finalidad reducir los tiempos para el pago de las compensaciones, en las que se incluirán, además de la muerte de los animales, el lucro cesante. También, se pondrá a disposición de los ganaderos una línea de ayudas para facilitarles la construcción de cerramientos. Modificación del Plan Otra de las medidas que pretende poner en marcha la Junta es la contratación de un seguro que agilizará el pago de las indemnizaciones a los ganaderos por vía patrimonial. Con este seguro el abono de daños se reducirá a 15 días e incluirá el lucro cesante. |