"El sueño en el cual me sumí me recuperó; y, al despertar, sentí de nuevo como sí perteneciera a una raza de seres humanos como yo". (Mary Selley)
Terminado uno de los telediarios, que cada día nos acompaña en la sobremesa, confuso y fatigado de ver y oír tanto despropósito político, tanto horror, tanta destrucción y muerte, caí en una profunda somnolencia... Y soñé, algo que seguramente millones de personas han soñado desde que el tiempo es tiempo -. "Soñé en una sociedad más feliz", en el mismo, no había calles de oro, ni tesoros, ni innumerables riquezas, ni casas suntuosas y fantásticas; ni tan siquiera damas dispuestas a rodearme para ser el centro de envidiosos y benditos.... Por el contrario, en mi sociedad onírica, hallé todas las parodias de la existencia humana ? de toda para la cual estamos educados y acostumbrados. (...) Los habitantes eran explotados, usados, desmotivados, con miedos, azarosos, como conejos de india en sus pueblos artificiales.
Había supermercados muy baratos, con efectos programados científica y psicológicamente para incitar a comprar... Medios de transporte tristes para el hombre ? como: metro, taxis, autobuses, coches con hambre de territorialidad y velocidad,- estatus personal incorporado ? despertadores hechos por el diablo mismo ? pantallas de televisión parpadeando programas hechos por idiotas, para idiotas ? una increíble lucha, incesante para todo lo que uno "tiene" que tener, y, huelgas exasperantes que terminaban en las victorias de unos dineros ya perdidos por la inflación antes de cobrarlos. (?) Para hacer frente a la vida hasta sus últimos días, la gente tomaba calmantes a menudo y, encontraban la felicidad en las drogas de consumo y de diseño...
La gente moría antes de tiempo por enfermedades rarisimas y del corazón; trabajaban mucho, y a una velocidad de vértigo, en una descontrolada carrera sin meta? Y de todo el dinero que ganaban, el gobierno les dejaba guardar una pequeña cantidad con la que jugar ? gastando en las patéticas compras insignificantes y de incitación. (?) En los hospitales antisépticos e impersonales, la gente se moría sola detrás de biombos blancos en medio de las asistencias de seguridad social. (?) En las prisiones había una mezcla exótica de individuos, que pensaban de otra forma que el gobierno, estaban mezclados los asesinos, los drogadictos, y terroristas, con los ladrones de bicicletas?
Se decidieron los horarios de trabajo, muy por encima de la gente... Los trabajadores, solo tenían hambre cuando los relojes indicaban la hora de comer? Ocurrieron accidentes. Faltaban las lucecitas rojas y los trenes mutilaban más que mataban. ? Eso, cuando se consideraba que los aviones eran más misericordiosos y eficaces-. Todos los días un piloto con experiencia se equivocaba de palanca, o pulsaba el botón numero dos antes que el uno, y sus bombas caían donde no debían. (?) La ironía, es que los cuerpos eran embalados en bolsas de plástico y los tullidos esperaban a sus parientes en abarrotadas salas de espera.(?) Los periódicos, por desgracia no vendían buenas noticias y las revistas estaban llenas de escándalos, auténticos o inventados?
-¡Me revolví inquieto y angustiado!- ¿Dónde estaba la felicidad? ¿Qué era tan maravilloso de ese mundo miserable?... (?) La tensión de ese primer y pesado sueño, pareció relajarse, y, descubrí: ? que la amistad, la verdad, el amor, la sonrisa y el humor eran gratis, y que les pertenecía a todos por igual, sin obstáculos ni prejuicios? Las iglesias no predicaban el pecado y la purificación, el cielo y el infierno? Predicaban el amor verdadero, el amor sin moralidades dobles, ni discriminación sexual? ¡Esto era la felicidad de mi sueño?!
Se respetaban las cualidades de todo el mundo, nadie se reía y burlaba de nadie, todos eran tan valorados como inocentes. No había hipocresía ante celibatos, no se cazaban homosexuales, las prostitutas gozaban del mismo valor social que las amas de casa, o de los que trabajaban en profesiones distintas. Las opiniones eran tolerantes y humanas, y con ello se ahorraban malos tratos, muchos nervios e impedían suicidios? ¡Era tal la felicidad de mi sueño! ? que comencé a pasear por calles y parques, iba jubiloso, alborozado, radiante, en esas calles y parques me encontré a todo tipo de gentes, desde señoras y señores mayores leyendo, charlando y viendo jugar a los chiquillos, a estudiantes, amantes que se besaban etcétera... La timidez no era necesaria, todos eran naturales, libres, felices, nada se escondía, todo era una parte natural de la vida? ¿Saben ustedes, lo que es quedarse dormidos ante el televisor? "verdad" (?Pues al rato desperté?) Y: todo lo que había soñado estaba allí? Todo menos la libertad, el amor, la amistad, las gentes y la felicidad? Había vuelto a la realidad, y, al infierno a la vez?
Fermín González ? salamancartvaldia.