A la niña bonita, que desayuna y come junto a la radio, le gustan ahora los periódicos y se merienda los titulares que es un gusto, porque todo se pega menos la hermosura ?y menos la de ella a mí-, total, que ahora mismo, mientras yo dilucidaba sobre qué hecho señero del 2015 que no sea el romance cuasi invernal de Vargas Llosa, tengo que comentar, me viene muy escandalizada porque ha descubierto que Donald Trump es ¡Hijo de inmigrantes! Uno se queda con la gana de decirle que de contradicciones está el mundo lleno, y sino, que se lo digan a Pedro Sánchez, que le pusieron de secretario general del Psoe para, acto seguido, criticarle acerbamente. No, la vida es como es y está llena de niños ahogados, niños convertidos en marcas desde que nacen y adultos que son como niños estúpidos y se ponen a jugar con un águila calva para terminar picoteados? la vida es ridícula, a veces divertida, siempre sorprendente y sobre todo, dura, y si no, que se lo digan a los Pujol o a Urdangarín. Yo siempre me preguntaré por qué, alguien que tiene la vida resuelta, en vez de disfrutarlo y agradecerlo, se la complica y lo peor, se la jode a quien tiene al lado. Yo de Cristina no solo me divorciaba, sino que pedía a papi un destino diplomático para el señor en alguna isla perdida del Pacífico, para no verte nunca, para no verte siempre?
Y es que los hay con voluntad encarnizada de joderla desde el primer día, lo que no deja de ser sorprendente para quienes desde que nos despertamos hasta que nos acostamos nos peleamos por el último de los céntimos. Les aseguro que hija y pareja de autónomos, me hice funcionaria por puritita ansia de conservación de la especie, porque nunca creí que yo pudiera pelearme tanto por la vida como mi padre y ahora mi amor. Ser autónomo es una profesión de riesgo que cada día merece más parabienes, y que conste que creo firmemente que son quienes levantan el país con tesón, con constancia absoluta, con horas y horas de trabajo mal pagado, con la seguridad de que les va a quedar una jubilación paupérrima y aún así, se sienten orgullosos de ser libres, de tener su pequeño negocio, de dar trabajo en el mejor de los casos a alguien que lo necesita y a quien pagar incluso cuando no tienes tú mucho que llevarte al mes a la boca. Eso es un autónomo en este país, señores, el que paga por trabajar y paga aunque no lo gane, el valiente que no aparece en los papeles más que a la hora de rendir cuentas, siempre a su favor, a un Montoro cruel que perdona a los grandes defraudadores y castiga al pequeño con una saña digna de mejor causa.
Yo iba a habar de Donald Trump y lo mucho que sorprende a mi inocente hija politizada ?les recuerdo que acaba de cumplir doce años, con lo cual, es una precoz comentarista- pero ya ven, me ha salido la vena reivindicativa? y me alegro. Que alguien haga conmigo el elogio de los autónomos, sobre todo, cuando pasan los meses y siguen siendo siempre, los más perjudicados?
Charo Alonso.
Fotografía: Fernando Sánchez Gómez.