OPINIóN
Actualizado 25/12/2015
Eutimio Cuesta

 

No te voy a contar como se celebra la Navidad en nuestros pueblos, porque la conoces tan bien como yo; ni te voy a recordar que, en la plaza Mayor de mi pueblo, se prendía una encina durante la Nochebuena, para conmemorar la anunciación del Ángel a los pastores del Nacimiento de Jesús, porque ya lo hemos comentado algún vez en nuestros escritos; pero sí te voy a invitar a que vengas conmigo a Uganda (África) para que degustes con qué espíritu comunitario y familiar celebran la Navidad, participando, en ella, tanto cristianos como musulmanes y gentes de otras religiones africanas. Se trata, por lo tanto, de una fiesta muy popular.

Los cristianos se desplazan a la iglesia más cercana a la celebración de la misa de Navidad; las mujeres acarrean sobre sus cabezas paquetes de comida ya preparada o calabazas de cerveza local hecha con zumo de bananas fermentado. La comida de fiesta consiste en una pasta de bananas hervidas al vapor envueltas en hojas de bananero que, como si fueran un termo, la mantiene caliente durante horas. Las mujeres van dejando sus paquetes y sus calabazas a la puerta de la Iglesia. La ceremonia suele ser muy viva, con danzas procesionales y cánticos referentes al Nacimiento de Jesús y a su sentido de Salvación. Después de la misa, se tiene una comida compartida, en la que hay para todos. Luego, siguen las danzas populares y, ya bien entrada la tarde, la gente se pone en camino hacia sus respectivos hogares. Los musulmanes y los que siguen siendo fieles a la religión tradicional, generalmente ancianos, también participan. Luego, vino la guerra y las cosas cambiaron; en aquella época y en aquel lugar, las relaciones entre musulmanes y cristianos eran muy cordiales.

Recuerda un viajero español a aquella zona que, recién llegado y no conociendo suficientemente bien la lengua, visitaba un lugar en compañía del catequista local y se asombró de la cordialísima acogida de que fueron objeto con comida y regalos. Le dijo al catequista: "Éstos deben ser muy buenos cristianos". Él respondió: "No, no, éstos son musulmanes". En el Congo, la celebración de Navidad comportaba siempre mucha alegría y fervor religioso. Antes de la guerra, que ahora asola al país, se celebraba con la asistencia a la misa de medianoche, a la que también acudían musulmanes y las personas de religión tradicional. La Navidad era la fiesta de todos. Se vestía muy bien ese día. Todo el que podía estrenaba traje nuevo, especialmente, las mujeres. Luego, se celebraba una comida cuidada con carne de pollo o de cabra y mandioca, ¡¡¡ Y la Navidad se sintió feliz!!! 

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