OPINIóN
Actualizado 18/12/2015
Manuel Rodríguez Fraile

Mañana día 19 será jornada de reflexión ¿de reflexión? En mi opinión será una jornada de calma, una jornada que nos alivie a todos de ese asfixiante clima que nos han traído huracanes constantes de elecciones de todo tipo durante este año 2015 y que el domingo concluirá tras alcanzar su cenit de mala educación en los últimos debates.

El candidato de PSOE le arroja al actual Presidente que es una persona indecente o mejor dicho que debería ser una persona decente, que viene a ser lo mismo pero suena más suave, como eso de está usted faltando a la verdad que en esta ocasión no utilizaron los participantes, ya que se llamaron directamente mentirosos. ¡Qué poca clase tiene eso que se llama "clase política"! La Vicepresidenta llama "macarra" al candidato socialista. Mientras, el resto de "primeras espadas" lamentan no poder estar presentes o tal vez se sientas felices de no hacerlo para observar el "combate" ? en esta ocasión no a los puntos, sino a vida o muerte - desde un sitio seguro, a salvo sin que algún zarpazo pudiera alcanzarles. Lo cierto es que en estas elecciones nos jugamos mucho.

Y una de las cosas que nos jugamos es, ni más ni menos, que nuestro futuro como Humanidad, pero en medio de esta vorágine informativa, la Cumbre de París sobre Cambio Climático casi ha pasado de puntillas. De nuevo se pone de manifiesto que nos interesa lo inmediato para nuestras vidas y no tanto el futuro para nuestros hijos y nietos. ¿Algún avance? Pues según los entendidos muy pocos, aunque los Directores Generales los 195 países reunidos durante dos semanas en la capital francesa lo califican de "histórico", tal vez lo hagan porque sin duda pasara a la Historia como una nueva ocasión perdida. Es "el primer acuerdo universal de la historia de las negociaciones climáticas", afirmaba François Hollande. Palabras, palabras, como mucho llenas de buenas intenciones y vagos compromisos que no se cumplirán.

Pero el Presidente francés olvido señalar que tal acuerdo estuvo a punto de fracasar por una palabra, una sola palabra. Estados Unidos propuso, o mejor impuso, que cuando se hacía referencia al hecho de que los países desarrollados "deberán reducir las emisiones?" dijera mejor "deberían reducir las emisiones?" Y no es un tema menor ya que de un futuro se pasa a un condicional que según la Real Academia de la Lengua Española, señala acciones o eventos irreales o abstractos.

Uno de los compromisos para evitar el calentamiento global que los casi 200 países presentes han aceptado es el de movilizar ? otro término indefinido - un fondo de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. Las promesas de creación de este tipo de fondos siempre queda bien en las declaraciones finales de las Cumbre de Alto Nivel, pero luego los desembolsos reales de los Gobiernos brillan por su escasez una vez tras otra ¿cuánto del fondo prometido para la atención a los refugiados se ha desembolsado?

Las evidencias de que el cambio climático se está produciendo existen, se trata de datos objetivos: aumentos de temperatura del aire y de los océanos, el hielo y los glaciares en todo el mundo se derriten y con ello sube el nivel de los mares que terminará por cubrir ciertos territorios hoy habitados. No son teorías, no son intuiciones, no son supuestos, son realidades, hechos ante los que no caben discusiones estériles sino soluciones eficaces y urgentes.

Nuestro modelo actual de desarrollo es insostenible, el cambio climático es un problema global que requiere, por tanto, de respuestas globales. Un primer paso fueron los acuerdos de Kioto ¡en 1997!. En ellos, apareció la idea de los Bonos de carbono. La intención inicial era buena, recompensar a empresas o países que redujeran sus emisiones de los gases que provocan el calentamiento global. Pero como todo, estos bonos sean mercantilizado, incluso cotizan en los mercados de valores, entorno a los 8 dólares por tonelada en este mes de diciembre. 

El mercado de carbono se mueve a nivel global desde 1996. Los países en desarrollo contaminan mucho menos que los desarrollados de forma que estos últimos comprar los bonos de emisión que no van a utilizar a los primeros para poder superar los niveles que les han sido asignados. Por tanto las emisiones no se reducen sólo cambian de origen.

Pues también gran parte de este problema se define el próximo domingo ¿qué postura afrontará el nuevo gobierno que salga de las urnas? El futuro de nuestros hijos y de  nuestros nietos depende de las decisiones que tomemos hoy. El genial Groucho Marx decía: La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. La suerte está echada, ojalá el resultado que el resultado que salga de las urnas no haga buenas las palabras de Groucho.

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