Sí. Estafada como mujer, como trabajadora y como ciudadana.
Todo lo que hemos pasado desde aquel 8 de marzo de 1857 para que 150 años después cobremos un 20% menos que los hombres por hacer el mismo trabajo, el mismo en cantidad y mejor en calidad, como han demostrado numerosísimos estudios. Para que 150 años después sigamos soportando el peso de las tareas domésticas, que no digo que no haya hombres que no se impliquen en la casa, pero todas sabemos que son los menos. Y por si esto fuera poco, que tengamos que seguir aguantando el juicio social sobre nuestra moralidad: si un casado sale de copas con los amigos es normal, si una casada sale de copas con los amigos es una p?
Tengo un buen amigo que, cuando sale esta conversación, siempre comenta: "con la incorporación al mundo laboral las mujeres habéis perdido calidad de vida". Evidentemente discuto con él defendiendo la sacrosanta independencia que nos ha dado la capacidad económica. Pero mi fe se tambalea cuando veo a esas madres trabajadoras que, aparte de su jornada laboral, tienen que sacar otras 5 o más horas diarias para atender casa, hijos y abuelos mientras el colega de turno, con toda su buena voluntad, hace la pregunta que haría una visita: "Cari ¿quieres que te ayude?"