Este puente me he "atorao" de montañas, cordilleras, valles frondosos y verdes que te quiero verde, verdes generosos, brillantes, enamoradizos, himnóticos?Como para bajarse del coche y pastar, ¡ese verde!. Deslumbrantes visiones en cinemascope. Lo nuestro es monte bajo, encinitas, llano, trigal, de vista larga y buen galgo. Aquella es una aparatosa hermosura que te acojona y señala al hombre (mujer) con la verdad más absoluta: el ser humano es algo irrisorio, una ovejita de nacimiento en la naturaleza. En espacios así de contundentes y empequeñecedores uno repiensa su naturaleza sí o sí.
Les cuento: volví a Asturias. Concretamente Ribadesella, Cangas de Onís y aledaños. Y acaba uno "empanao" de tanto confín y esplendor natural. Pero con una idea ceporra en la cabeza: hay que volver porque aquello engancha. Porque, de repente, también está el mar. Vas a comprar uno y te llevas dos por el mismo precio.
Cuando ya para acá el martes, con otras nubes más amenazantes, hilando Zamora y ya extendida otra manta paisajística más conocida, descansas, con pueblos que te abren la sonrisa como ese Cazurra (Zamora) cuando piensas cuál será su gentilicio.
En fin, metido ya el coche en el garaje le palmeo el capó y le digo: ¡Eres mágico tío, hace tres horas verdes valles, gigantescas cordilleras, ahora mi linda encina. Asturias y Castilla. Total: "empanao" dos veces.