Me sorprendió gratamente una conversación de bar que, por casualidad y sin comadreo, escuché el otro día. Si no me falla la retentiva, estaban unas cinco o seis personas, todos varones y una mujer, que supongo se hallaban brindando por las fiestas. En un momento determinado de la charla de barra, la dama espetó con orgullo y no con voz baja precisamente un: "¡Yo soy y seré de derechas toda mi vida!". La reacción de sus contertulios fue digna de haber sido recogida en celuloide; unos agachaban la cabeza o la giraban, otros miraban a su alrededor por si alguien lo había oído, hasta uno de ellos gesticulaba con la mano para que hablara más bajo. No pude contener una risotada un tanto basta que me salió de lo más profundo de mi ser. Con aire amenazante, la acalorada y achispada fémina me dijo: "¿Qué ocurre? ¿Le hace gracia que yo sea de derechas?", a lo que contesté con una sonrisa en mis labios: "No señora, de lo que me río es de la cobardía y miedo que han expresado sus compañeros al oír tan sanas palabras". Ella sonrió, asintió y henchida de orgullo, miró a sus acompañantes con aire de superioridad.
Qué vergüenza que en pleno siglo veintiuno y en un país democrático que se supone es este, tengamos los de la diestra que meter la cabeza bajo el ala por miedo ¿a qué?
Pues sí señores, yo soy de derechas, católico y patriota. Cansado estoy ya de tener que callarme ante estos que van de progres, pregonando a pleno pulmón que hay que ser tolerantes, pero cuando dices las palabras mágicas: DERECHA, DIOS O ESPAÑA, te llaman fascista los muy ignorantes, desconociendo (como todos los borregos), que el fascismo se originó en el seno de la izquierda más radical de Italia y Alemania, (NAZISMO: Nationalsozialismus o lo que es lo mismo Nacional SOCIALISMO). A ver si de una vez empezamos a aprender que la historia pasó de una manera y no como nos lo cuentan los rojos (así se hacen llamar) del puño amenazante.
En fin señores, que si algún día les apetece decir que son de derechas, díganlo bien alto y sin miedo. Y al que le pique, que se rasque, que gracias a Dios este es un país libre y después de ver el panorama de los países en los que la izquierda gobierna (véase Venezuela), los que tenían que agachar la cabeza de vergüenza, son ellos.